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La delegada del Gobierno, Adriana Lastra, declaraba este martes 29 de abril que «Asturias ya está funcionando, y a pleno rendimiento». El consejero de Movilidad y también responsable del Servicio de Emergencias del Principado, Alejandro Calvo, daba por restablecido el suministro eléctrico «en más de un 99%». Y desde el Ministerio de Transportes, directamente, se daba por establecida «la normalidad» tras el insólito apagón que dejó a oscuras a toda España durante buena parte de la jornada del lunes.
Pero tras estas primeras declaraciones de llamamiento a la tranquilidad, las distintas administraciones admitían «algunos retrasos» en la red de la antigua Feve y «dificultades en el restablecimiento de la media y larga distancia». Sin ninguna referencia, eso sí, al incidente ocurrido en la Variante de Pajares, donde el AVE 5750 que cubría el trayecto Gijón-Madrid-Castellón quedó parado casi 10 horas como consecuencia del apagón generalizado.
Las explicaciones de por qué se tardó tanto en evacuar a las más de 300 personas que viajaban en ese tren llegaron del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, que aseguraba a EL COMERCIO que «se hizo lo mejor que se podía hacer dadas las circunstancias», que fuentes del organismo calificaron de «situación de extrema dficultad». De hecho, «el de la Variante de Pajares fue una de las operaciones de rescate más laboriosas» que hubo que realizar el lunes en la red ferroviaria española.
A media tarde, cuando el suministro eléctrico empezaba a recuperarse, 26 trenes permanecían parados en distintos puntos del país a la espera de la evacuación de sus pasajeros. Entre ellos, el AVE asturiano, que se detuvo a 10 kilómetros de la boca norte del túnel de Los Pontones, que tiene una longitud de 25 kilómetros. Es decir, «se quedó parado prácticamente en el medio del túnel», lo que supuso una dificultad extra a la hora de organizar el operativo de rescate, ya de por sí complicado en un tramo ferroviario ya de por sí complicado, como es el caso de la Variante de Pajares.
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Pese a tardar casi 10 horas en encontrar una solución, Adif sostiene que «se puede considerar casi un éxito por las dificultades» que entraña evacuar un tren dentro de un túnel situado bajo la Cordillera Cantábrica. «Primero, al caer la red eléctrica, estuvimos varias horas sin tener comunicación con el tren. Luego, hubo que diseñar una solución y se consideró que la más segura y confortable para los pasajeros era habilitar una locomotora diésel para remolcar el tren», detallaron fuentes de Adif.
Dicha locomotora llegó a la Variante desde la estación de León, lo que «llevó su tiempo», porque «el itinerario se hizo manual» y a unos 40 kilómetros por hora, debido a que la señalización de la red ferroviaria no funcionaba adecuadamente por la interrupción del suministro eléctrico. Lo mismo ocurrió en el trayecto de Pajares a la estación de León, donde trabajadores de Adif, de Renfe, de Cruz Roja y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aguardaban la llegada de los pasajeros para ofrecerles apoyo.
Sin olvidar, prosigue el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, las pruebas que fue necesario realizar dentro del túnel de Los Pontones para acoplar la locomotora de rescate a la cabeza del tren con «todas las garantías». Trabajadores de este organismo público, sin embargo, van un poco más allá y apuntan que «el problema reside en que, por motivos de seguridad, este tipo de rescates se hacen desde la cola. Pero, como la locomotora venía de León, el acople tuvo que hacerse a la cabeza del tren».
¿Y por qué no se desplazó una máquina de este tipo desde Asturias? «Porque aquí no tenemos». La cuestión es que el tren atrapado en la Variante, que había salido de Gijón a las 11.10 de la mañana, llegaba a la estación de León pasadas las 23.15 de la noche: «Se hizo lo más idóneo», se reafirmaba Adif, que si no recurrió a las vías de escape existentes en los túneles fue «por la ubicación del tren». Al quedar parado en medio de Los Pontones, «los pasajeros hubiesen tenido que caminar varios kilómetros a oscuras».
Ayer, la actividad volvía a las estaciones asturianas, que se vieron incluso desbordadas en horas punta. A pesar de los retrasos y de que algunos trenes de larga distancia tuvieron que circular por las antiguas vías de Pajares, quienes tenían reservado billete siguieron adelante con su viaje. Y algunos pasajeros afectados por el apagón se personaron también en las estaciones para tratar de buscar acomodo.
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