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Los caminantes de abril en Astorga.
El retiro Effetá vuelve a León: «Se respeta la libertad, no como en las sectas»

El retiro Effetá vuelve a León: «Se respeta la libertad, no como en las sectas»

Del 15 al 17 de noviembre un grupo de jóvenes se reunirán en Astorga para vivir esta experiencia católica «apta para todo el mundo» y del que poco se sabe

Domingo, 10 de noviembre 2024, 09:25

Es complicado hablar de Effetá. Se precisa de suma cautela y capacidad para explicar de manera acertada en qué consiste exactamente, entre otras cosas porque eso sólo lo sabes si alguna vez lo has hecho («caminar», llaman ellos al hecho de participar en el retiro). Y si has sido uno de los que ha tenido la oportunidad de vivirlo tampoco puedes dar detalles, ni mucho menos explayarte. Porque ahí reside todo.

Quizá la clara connotación católica -de la que hacen gala y no se ocultan- pueda tirar para atrás a muchas personas, pero lo cierto es que es un retiro «abierto a todos». ¿Eres cristiano? Te ayudará a «fortalecer» tu relación con Dios. ¿Eres ateo? Sin problema, encontrarás un espacio «para reflexionar, conectar con tus emociones y redescubrirte». Dar rienda suelta a que los caminantes hablen sobre su experiencia en Effetá es un acto recomendable para cualquier persona: es como si el receptor cogiese un bisturí y les hiciese un corte en el pecho para que hable el corazón. Como ese que habla de su pasión, de su pareja, de sus amigos... Pocas veces encuentran las palabras exactas para intentar explicar qué les ha hecho el retiro en sus vidas, pero cuando alguien se expresa con esa sonrisa en la boca y la mano apoyada en el pecho de esa manera uno se puede hacer una ligera idea de lo que es.

Lenta transformación en el caminante

«Effetá es como un gran regalo», dice Ángel Rubio, un joven de la Diócesis de Astorga que ya caminó en su día. «Es un retiro muy intenso y cada persona lo vive de una manera muy distinta», apunta. Es un fin de semana, de viernes a domingo, en el que «el testimonio y la experiencia» se elevan a un orden superior y alcanzan una relevancia suprema. «La actuación real y verdadera de Dios ayuda para observar la vida de los demás y conocer la propia», comenta Ángel. Al conocer el relato de varios caminantes se puede llegar a la conclusión de que Effetá tiene ese algo inmaterial que se percibe únicamente por puras sensaciones: «Puede cambiarte la vida por completo, no por nada concreto que se haga en el retiro, sino porque te acerca más a Jesucristo y te reconcilia con lo que eres».

Puede ser o puede no ser, pero Effetá suele ser en la mayoría de ocasiones. «Te abre una puerta a la Iglesia Católica, la de todos, y uno va transformando lentamente su vida», explica, porque «sentirse amado, reconocido y aceptado» además de «conocer el amor incondicional de Dios sí que te cambia». Si hay algo que destaquen una vez realizado el retiro es una paz interior adquirida a través de, primero, una proactividad personal que invite a que eso suceda y, después, de Cristo. Quién sabe si, quizá, es a la inversa. Sea como fuere, esto lo corrobora Elena Diez Carbajo, una de las responsables del retiro en León: «Experimentas una gran paz interior, una sensación de libertad y una renovación que no es que cambie a las personas en un sentido de manipulación, sino que ayuda a redescubrirse desde el amor y la fe».

Segundo retiro en León

Effetá llegó a León el pasado mes de abril y tras una primera toma de contacto volverá a acoger un segundo retiro el fin de semana del 15 al 17 de noviembre en Astorga. La motivación para traerlo a la provincia fue el «deseo común de compartir» lo que algunos leoneses habían recibido en este mismo retiro en otras provincias. No sin enfrentar algunos desafíos previos, como el «dar a conocer la idea, encontrar a personas interesadas y formas un equipo comprometido». Presente por muchas ciudad españolas, Effetá ha conseguido aunar ese equilibrio justo entre la cristiandad y la juventud y «ofrecer a los jóvenes profundizar en su fe». Destinado a personas entre 18 y 30 años, la misión primordial es «ayudar a tener un encuentro personal con Dios y, por extensión, a poder conocerse más a uno mismo».

«No han intentado coartar mi libertad»

La historia, los testimonios y lo poco que se sabe de ello lo hacen atractivo a simple vista, aunque precisamente esa etiqueta de «retiro» condiciona inevitablemente de forma negativa. Alrededor de esta palabra orbita otra con aún más rechazo: «secta». Por desconocimiento, por mantras o porque sea la realidad, se tiende a asociar esos dos conceptos y Effetá de eso no se libra, aunque no dedican tiempo a eso. No les interesa. «No se busca imponer nada, se ofrece un espacio donde cada persona viva la experiencia a su ritmo y de acuerdo con lo que sienta», explica Flavia Rodríguez, otra leonesa caminante y ahora servidora. Y le apoya Ángel: «No han intentado apartarme, aislarme o coartarme la libertad, algo propio de las sectas». «Aquí se respeta la libertad y no se exige ningún compromiso después, deja a cada participante la capacidad de decidir cómo integran en su vida lo aprendido», señala Elena.

Otra de las características que marcan a este retiro espiritual es que no se cierran a un tipo determinado de persona. Sus caminantes no dejan de mencionar a Dios como núcleo central de su experiencia, cosa que no deja de ser cierta. De una manera u otra «está presente» en el camino y «ayudarse de él» es ya una decisión propia, pero «el poder conocerse a uno mismo y perder el miedo a mostrarse tal y como se es», en palabras de Ángel, no depende de nadie ni de nada, es algo que los responsables aseguran que va intrínseco. «No importa el trasfondo de cada uno, invitamos a venir con el corazón abierto», dice Flavia.

Así las cosas, entre el 15 y 17 de noviembre volverán a Astorga para seguir su misión de la mano de «jóvenes católicos y sacerdotes» que «colaboran para ofrecer un ambiente lleno de respeto y libertad».

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