El obispado de León insta a recibir a los inmigrantes con «apertura y comprensión»

Durante los últimos días han sido multitud las opiniones enfrentadas sobre la llegada de migrantes al Chalet de Pozo ubicado en Villaquilambre. Comunicados, reuniones y manifestaciones que muestran un «rechazo preocupante», según han querido denunciar desde la Delegación de Misiones Samaritanas de la Diócesis de León.

En sintonía con los valores que representan desde esta entidad y el mensaje del Papa Francisco, que ha decidido compartir algunas de sus reflexiones sobre el tema para así fomentar las prácticas positivas en relación con la acogida y la hospitalidad hacia personas migrantes, el obispado pide «respeto». «Expresamos nuestra preocupación por las reacciones de desconfianza y rechazo ante la próxima apertura del Centro de Atención a Personas Migrantes en el 'Chalet del Pozo' de León el próximo 22 de junio», anunciaba el comunicado enviado a todos los medios.

La necesidad de dejar a un lado los «recelos» y recibir a los migrantes con «apertura y comprensión», son las bases en las que desde la propia delegación inciden para crear una convivencia de «enriquecimiento mutuo». «Las personas migrantes no son un problema, sino que son portadoras de talentos y experiencias culturales valiosas», añaden.

Los vecinos de Villaquilambre, que llevan días intentando impedir que los nuevos vecinos lleguen al municipio se han manifestado durante los últimos días y pretenden seguir con ello hasta parar los trámites. Algo a lo que no han querido hacer alusión desde el obispado. Considerar al migrante como una «amenaza» es una «gran problemática».

La importancia de reconocer la dignidad como persona, superar los prejuicios del desconocimiento, el miedo y la desinformación son las bases en las que el comunicado ha incidido desde el inicio. Exhortando a todos los cristianos de la diócesis perteneciente a ser «agentes de hospitalidad, promotores de la cultura del cuidado y constructores de puentes entre aquellos que son diferentes».

Por último, desde el obispado de León han llamado a todos a trabajar por una cultura de justicia a nivel global donde, como ha ocurrido con los migrantes actualmente, nadie se vea forzado a abandonar su tierra. Por ello, invitan a los agentes pastorales a destacar la importancia de las personas emigradas al bien común de la sociedad, evitando actitudes «racistas y agorafóbicas» y fomentando la cultura del «encuentro fraterno y la ayuda que dignifica».

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