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Para muchos leoneses, el Chalé del Pozo es sinónimo de fiestas, de festejos, de grandes eventos. No en vano, durante más de tres décadas fue un enclave referente en la provincia para la celebración de bodas y comuniones. Ahora, se convertirá en un centro de acogida de migrantes.
Esta instalación abrió en la década de los 80, en Villarrodrigo de las Regueras, junto a la carretera de Santander con ese objeto: ser un lugar sin igual para grandes celebraciones, con un importante solar en el que acoger a un gran número de personas.
Y así lo hizo durante años y años hasta que en 2013 cerró sus puertas para siempre… como restaurante y hotel. En todo este tiempo, estiman que han acogido más de 4.000 bodas y 2.000 comuniones en 32 años de actividad.
Durante toda su vida fue creciendo, ganando fama y prestigio, tanto que vivió hasta dos ampliaciones, debido a ese éxito. Incluso, hace un cuarto de siglo, en el año 2000, amplió sus instalaciones sumando, a sus salones de banquetes, un hotel con hasta 60 habitaciones.
En 2013 cerró debido a la reducción de los eventos que eran contratados en este espacio en los últimos años y, tras clausurar su actividad, este espacio buscó un comprador que diera nueva vida a este centro referente en la provincia de León, sin haber logrado su objetivo.
Recientemente, un grupo hotelero adquirió los derechos de explotación de estas instalaciones por un periodo de 20 años que, a su vez, es quien ha llegado a un acuerdo con el Gobierno y con San Juan de Dios para convertir este Chalé del Pozo en un centro de ayuda humanitaria.
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