Durante años la coletilla de 'Leche LAR, la buena leche leonesa' pasó a formar parte del imaginario colectivo de la provincia. Se anunciaba como una leche hecha desde León y para León, apostando por esa moda tan en boga los últimos años del consumo de cercanía, de calidad y producido por ganaderos locales. Cuatro explotaciones de la comarca de Babia y otra de Omaña formaban parte de la cooperativa LAR que es ya, todo lo apunta, historia de otro tiempo para la provincia.
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Con 2024 dando sus coletazos finales la peor de las noticias, que ya se venían cerniendo sobre los ganaderos desde los meses de verano, se confirmaba. Con una llamada la cooperativa avisaba a los responsables de las explotaciones de montaña que sus compañeros del resto de la provinciase habían salido de LAR, que entraban en concurso de acreedores y que el 7 de enero sería el último día en el que pasarían a recoger la leche a sus comarcas, confirmando el adiós definitivo de esa 'Buena leche leonesa'.
«De momento estamos tirados, si hoy vienen a recoger será la última vez y desaparece la leche LAR», explicaba a primera hora del martes Hiparino Álvarez, ganadero de Quintanilla de Babia. Con una explotación de 57 vacas, de las que ordeña unas 35, trabajaba con la cooperativa desde 2012, y llegó a formar parte de su consejo. «Eran mis amigos, y ahora nos hemos quedado tirados», lamenta.
Llamada tras llamada, los ganaderos han ido tirando, desde que conocieron la noticia del cese el 30 de diciembre, de contactos para intentar encontrar a otras empresas para seguir comercializando la leche, pero por el momento no han tenido éxito. «Hemos hablado con empresa de la zona, con queserías, con compañeros que recogen leche de cabra... pero nada, no recogen porque dicen que no hay cantidad y que es mucha distancia», cuenta Inocencio Álvarez, otro ganadero afectado que junto con su hermano Emilio tienen 20 vacas lecheras en Torrebarrio.
En su caso, y tras una década trabajando con LAR, ven ahora que su futuro pasa por una reconversión ni barata ni deseada hacia las vacas de carne. «Si esto se acaba tendremos que pasarnos todo a vacas de carne, pero es un coste tremendo», explica Álvarez, que cuenta que ya están 'secando' a algunas de las vacas para frenar la producción de leche y no verse obligados a tirarla, con el coste que eso supone y el trastorno que causa a la explotación. «Nosotros vivimos de la ganadería y esto nos afecta muchísimo, es un trastorno muy grande», lamenta.
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Borja Álvarez, también de Quintanilla, es otro de los cuatro babianos afectados. Con una explotación de 20 vacas lecheras, recuerda que ya en verano veían «que la cosa iba mal». «Por el momento iba funcionando, se cobraba... pero a finales de año ya nos dijeron que entraban en concurso de acreedores y que el día 7 de enero era la última recogida», quedándose así «tirados».
En los últimos tiempo los ganaderos estaban pagando de su propio bolsillo los costes de la recogida, pero ni eso ha sido suficiente para seguir adelante con la cooperativa. En la última pagan percibieron 0,49 céntimos por litro de leche, una cantidad bastante baja en comparación con lo que llegaban a percibir hace un año, con 0,60 céntimos por litro. «Esos céntimos se notan mucho, pero al final como no hay regulación las empresas pagan lo que quieren».
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La recogida de leche de vaca en las montañas de Babia y Omaña, además de por la calidad del producto, es esencial porque se trata de una de las pocas zonas de montaña que quedan en España donde se sigue produciendo leche como siempre. Si bien el cierre de LAR afectará al resto de las explotaciones de la provincia que en su día formaron parte de la cooperativa, lo cierto es que estas tienen más posibilidades de encontrar compradores para su leche que las de zona de montaña, que urgen medidas específicas por su compleja situación.
De la mano de sindicatos y de los alcaldes de Cabrillanes, San Emiliano y Murias de Paredes, los ganaderos intentan llamar la atención de la Diputación, que ya está intentando dar pasos a su favor, y sobre todo de la Junta de Castilla y León para encontrar una solución y que León no pierda a sus últimos productores de leche de vaca.
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Previsiblemente e reunirán este próximo jueves con representantes de la Junta para avanzar en una solución para las cinco explotaciones afectadas en Babia y Omaña.
El sindicato Asaja fue el primero en pronunciarse del lado de los ganaderos cuando se conoció la noticia. Su secretario general, José Antonio Turrado, propone que Diputación y Junta subvencionen «de forma compartida» el cien por cien del coste de la recogida de leche en la montaña leonesa para mantener la ganadería de este tipo en la zona, una de las pocas que queda en España.
En este sentido, propuso que la medida sea llevada a cabo «de forma compartida» por la Diputación de León y la Junta de Castilla y León, porque «si no se da una solución hoy, mañana nos vamos a encontrar con la desagradable situación de que desaparezcan los últimos valientes que producían leche en zonas como la montaña de León», y que Turrado cifró en una docena.
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También el sindicato Ugal-Upa urgió a la Junta de Castilla y León que se involucre directamente y asuma la situación para «buscar soluciones urgentes para la recogida de leche a los ganaderos de la montaña leonesa», al tratarse de «un sector estratégico por causas sociales, económicas, territoriales y medio ambientales».
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