darío menor
Corresponsal. Roma
Lunes, 24 de febrero 2020, 20:52
«Es difícil no tener miedo». Gian Luca Fugazza, estudiante universitario de 25 años, vive en Codogno, el epicentro de la epidemia de coronavirus que sacude Italia y uno de los once municipios de Lombardía y Véneto que se encuentran en cuarentena para evitar ... que se propague la epidemia. Hay más de 50.000 personas a las que unos 500 policías van a impedir durante al menos dos semanas abandonar esta 'zona roja'. «La situación es bastante mala. Podemos salir de casa pero no de la ciudad porque sería muy peligroso para los otros», cuenta a este diario Gian Luca, al que la prohibición para dejar este pueblo de 15.000 habitantes en la provincia de Lodi le pilló en casa de sus padres. Todos en su familia están bien de salud, aunque con la lógica preocupación por saberse en el centro de la epidemia. «Las tiendas, restaurantes, cafeterías y bares están cerrados, pero los supermercados siguen abiertos, así que hemos podido hacer la compra. No vamos a morirnos de hambre, pero resulta bastante duro vivir así. Debemos tener confianza en nuestros políticos y en que la situación se vaya a arreglar».
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Pese a la inquietud por cómo afrontará las dos semanas mínimas de cuarentena, Gian Luca trata de hacer «una vida medio normal». Aprovecha el encierro para leer y preparar su tesis de licenciatura e incluso queda con amigos para dar una vuelta. «Nos vimos tres chicos y dos no llevábamos mascarillas», asegura dando muestras de su tranquilidad. También mantiene la cabeza fría su padre, Giorgio, médico jubilado de 66 años que asegura que en los municipios de la llamada 'zona roja' «no te puedes fiar de nadie» por la posibilidad de contagiarte incluso de tu vecino. Considera el coronavirus una suerte de «enemigo invisible» que puede combatirse con gestos sencillos cuando se sale a la calle, como protegerse con mascarillas y guantes y mantener una distancia de seguridad respecto al resto de personas. A los miembros de la familia Fugazza, por fortuna, la cuarentena les ha pillado con estos productos ya en casa, pero aún así han hecho una compra por Internet para tener reservas. «No la vamos a poder recibir hasta que termine la cuarentena por las restricciones de circulación», se resigna Gian Luca.
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