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Tras día y medio desde el asesinato, la Guardia Civil capturaba este lunes al asesino de Mateo, el menor de 11 años apuñalado en Mocejón (Toledo) el pasado domingo por un vecino de 20 años. El joven se declaraba culpable ante la Guardia Civil durante un interrogatorio al haberlo relacionado con el crimen tras la investigación policial. Pero pese a todo, el padre, Fernando, ha querido defender a su hijo ante los medios de comunicación poniendo en duda la declaración que su hijo hizo ante la Benemérita. «Ha confesado todo lo que le han dicho que confiese, sea verdad o mentira», lanzó el progenitor apostado sobre el capó de su coche rayado con la palabra «asesino». Durante sus declaraciones, en la que ha contado que el domingo estuvo junto a su hijo y no notó nada extraño, ha asegurado que a su hijo lo han interrogado en varias ocasiones, lo que ha hecho que ya esté «confundido».
«Ha confesado lo que es verdad hasta que se ha agotado y no se aclara. Habla de que ve máscaras y en el calabozo está desquiciado. No es buen sitio para una persona que está tan afectada y dolida como mi hijo», ha asegurado el padre tras contar que su hijo, que tan solo pasa algunas temporadas en el pueblo, no es que le hayan acosado pero si que ha lamentado que «no lo han tratado con amor» al afirmar que en el pueblo no contaba con amigos. Así, ha apostillado que si le hubieran dado amor «y no tratarle de 'tonto loco' ahora seríais todos niños felices». Además, tras asegurar que se siente «derrumbado», Fernando se mostró afortunado «porque al menos mi hijo sigue vivo».
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Según Fernando, ahora su hijo se encuentra «encerrado en un calabozo», lo que le está «afectando mucho» tras reconocer que tiene una discapacidad psíquica del 75% para la cual, según el progenitor, no tiene medicación. Pero preguntado por la discapacidad que tiene su hijo, Fernando ha hablado de «minusvalía intelectual» y «autismo», aunque en ningún momento ha confirmado si tiene alguna de ellas diagnosticada, pues ha aclarado que esos temas los trata su exmujer, la madre del detenido.
Aún así, el padre, quien ha confesado sentirse «derrumbado», ha afirmado que ya no puede confiar en su hijo ni permitir «que esté libre por ahí, por el bien de todos». «No sé dónde habrá que llevarle para que no sucedan estas desgracias. No hay derecho», continuó al asegurar que lo que no pueden es «encerrarlo, porque se descontrolan».
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