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Irene Quirante
Lunes, 18 de noviembre 2024, 14:38
Mansour se ríe cuando le dicen que es el nuevo 'héroe' del barrio. «Vi que una mujer no podía andar y fui a ayudarla porque era muy peligroso», dice el joven de 19 años, intentando quitar algo de hierro a su actuación. A su lado está Cristina, la chica a la que socorrió cogiéndola en brazos para rescatarla de la inundación de la DANA. Un día después del susto, ambos vuelven a encontrarse en la calle Héroe de Sostoa, frente a la misma gasolinera en la que Mansour acudió en su ayuda.
«Me quedé paralizada, me daba miedo que viniera algún coche hacia mí», recuerda la joven, de 27 años. Como explica, por la mañana, a pesar de la alerta roja, acudió a la peluquería en la que trabaja porque apenas caían unas gotas de lluvia a primera hora. Sobre la una, ante la tromba, cerraron el negocio, situado en la misma vía. «Iba hablando con mi novio, que estaba muy preocupado, y ya con el agua que no se veía nada de lo que pisaba», explica en una entrevista con Sur.
En ese trayecto, la joven se quedó paralizada bajo su paraguas azul. Con el recuerdo de las imágenes de la tragedia ocurrida en Valencia en la anterior DANA y el susto metido en el cuerpo, su cuerpo ya no respondía. «Vi un coche que pasaba y me dio miedo de que pudiera venir hacia mí, que no tuviera control», explica. A partir de ahí, era incapaz de dar un paso.
Mansour, que reside en esa misma zona en uno de los pisos de acogida de CEAR, no se lo pensó. «La situación estaba muy peligrosa», chapurrea en español y sin perder la sonrisa. Se acercó a la chica y le preguntó si necesitaba ayuda. Al ver el estado de ella, la tomó directamente en brazos y no la dejó en el suelo hasta que llegó al portal de la familia de su pareja.
«Luego volví, para seguir ayudando», explica el joven de origen guineano. Desde que empezó el caos por la inundación, estuvo en la misma esquina en la que vio a Cristina echando una mano a la policía, según cuenta, y retirando de la carretera los contenedores que flotaban en la riada. Se ganó con creces la ovación del vecindario y en las redes sociales ya lo han bautizado como el 'héroe' de Sostoa después de que su actuación se hiciera viral.
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Mansour no pierde su sonrisa y espera con paciencia a que se resuelva su solicitud de protección internacional. El joven llegó a Málaga en octubre del año pasado tras una dura travesía en la que se jugó la vida en una patera para llegar a Canarias, como indican desde CEAR, debido a la «falta de vías legales y seguras». A los pocos días, fue trasladado a la ciudad, donde cuenta con el apoyo de esta organización.
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