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Momento en el que el Hermano desenclavador le quita los clavos al Cristo. Sandra Santos

El Desenclavo encoge el corazón de León

El acto más emotivo de la cofradía congregó en la Puerta del Perdón de San Isidoro a centenares de leoneses en una calurosa tarde en la que el silencio y el respeto por el momento del descendimiento fueron las señas de identidad

I. Santos

León

Sábado, 16 de abril 2022, 22:40

Calor casi veraniego y una plaza llena, a más no poder, para ver el acto central de la penitencial del Santo Cristo del Desenclavo en San Isidoro.

Con paso firme, y algunos minutos tarde, el cortejo llegaba a la plaza con el titular abriendo la ... procesión. Lo hacían en compañía de algunos papones de la cofradía de la Santa Veracruz y Confalón de Astorga con la que están hermanados desde 1999 al ser las dos únicas que llevan a cabo el acto del desenclavo en la provincia leonesa.

Santo Cristo del Desenclavo en su Camino al Padre llegó a la plaza el primero y ocupó su lugar en la Puerta del Perdón. Una talla articulada en madera, con ojos de cristal, dientes de marfil, tamaño algo superior al natural y con gran expresionismo, que fue esculpida por el leonés Manuel López Bécker en el año 2000.

Y pronto llegaba la otra protagonista de la jornada, Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo. Una talla con una estética totalmente distinta a las anteriores, que ofrece un rostro fresco y reposado con los brazos extendidos portando un rosario.

Los Hermanos desenclavadores le quitaron la corona de espinas mientras las Hermanas, entonaban el Canto de las Llagas, otro ejemplo más del afán de rescatar del olvido la tradición. Ya que se trata de unos versos cantados relacionados con el Desenclavo de Cristo, recuperados en los inicios de la Cofradía que 1992.

Luego, al quitar los clavos bajo el silencio de la plaza, y finalmente, cuando liberan sus santos pies, descienden con un sudario el cuerpo del Hombre para presentarlo a su Madre. Este ha sido otro de los momentos de más emoción de este Sábado. La Virgen hizo una reverencia a su hijo y los cofrades lo colocaron en la urna que había llegado vacía a la plaza.

Una vez concluido este momento culmen, el cortejo reanudó la procesión, para finalizar, de nuevo, en la Iglesia de Santa Marina.

Fieles testigos del acto fueron la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Pendón de San Isidoro y el Cabildo Isidoriano. Así como diferentes autoridades civiles y militares que se dieron cita ante la puerta del Perdón de San Isidoro.

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