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La tarde se despedía de León cuando en la plaza del Grano ya no cabía ni un alma. Los había que compartían tragos en los bares de la zona, pero la mayoría se mantenían en silencio a la espera de que la ronda anunciara el inicio de la procesión más esperada de este Miércoles Santo.
La Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz sabía que está en año impar y empezó a sacar músculo de lo que está por venir con una exhibición de imaginería a la altura de su historia centenaria.
En esta ocasión, no hubo dudas y la lluvia respetó tras los últimos traspiés que habían sufrido los de San Martín. Tanto fue así que una 'celebrity' como Carmen Borrego se asomó a disfrutar del acto.
Una remodelada reliquia del Lignum Crucis donada por sus propios braceros era el inicio de la procesión de la Virgen de la Amargura. Un paso histórico, que se mostró no demasiado descuidado en su estructura, aunque mantuvo una excepcional puja sobre las calles de la capital.
Las Bienaventuranzas, que tendrán que dormir deprisa esta noche, acompañaba a este paso y al del Santo Cristo Flagelado del Amparo y la Caridad, un atado a la columna que levantaba las miradas de las miles de personas que se acercaron a ver el desfile.
Poco a poco la noche iba cayendo mientras los siete pasos seguían saliendo de la empedrada. Así lo hicieron Nuestro Padre Jesús de la Humillación y la Paciencia y Nuestro Señor Jesús de la Salud. Para ellos interpretaba la agrupación de Angustias.
Cuatro de cuatro para el imaginero López Becker que ha encontrado en Minerva a su musa.
La pasión terminaba en la cruz con el Santo Cristo del Desenclavo. Las vidrieras de su espectacular trono iluminaban su paso y guiaban a la agrupación del Gran Poder. Tras ellos, la desolación de la Virgen de la Vera Cruz con su hijo fallecido en los brazos estremecía con el retumbar de los tambores.
El ruido se convertía en silencio para la salida de la protagonista de la procesión. La Virgen de la Amargura rogaba y clamaba al cielo rota de dolor. Con la banda de Minerva se cerraba un desfile que gusta en León por su espectacularidad y vistosidad.
Ahora quien mirará al cielo será la real cofradía para pedir clemencia y que su día grande, con la Oficial del Santo Entierro en Viernes Santo, no se vea ahogado por la lluvia.
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José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Borja Crespo y Lidia Carvajal
Clara Alba y Lidia Carvajal
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