El Calvario se adelanta al Miércoles Santo entre el Silencio

Las procesiones del Miércoles Santo han llevado a las calles de León a miles de personas que disfrutaban de una de las jornadas más atractivas de la Semana Santa.

Hasta tres procesiones se han dado cita durante la tarde-noche con multitud de tallas, para todos los gustos, que han abarrotado la ciudad.

La primera de la tarde de este Miércoles Santo ha sido puesta en escena por la cofradía de la Agonía de Nuestro Señor.

Las puertas de Santa Marina se abrían antes de hora para que el singular traje de los papones de dorado y morado salieran a la calle a disfrutar de un Miércoles Santo que amenazó, pero resistió a la lluvia.

Su único paso, Jesús del Vía Crucis, salía cargando su patíbulo y bajo los sones del himno de España para anunciar a León el inicio del calvario.

El silencio solo lo rompía un matracón y el rezo del Credo. Nada más se oía al paso de la Procesión del Silencio, ahora ya con mujeres como crucíferas, que hicieron enmudecer a un ruidoso León en Semana Santa.

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio fue el encargado de poner en marcha este singular desfile cargado de emotividad.

El plato fuerte de la tarde salía desde la carpa de la plaza del Grano para poner en marcha una de las procesiones que más pasos ponen en la calle cada Semana Santa.

La Real de Minerva y Vera Cruz rememoró la pasión de cristo -antes de que lo haga con el Entierro el próximo Viernes Santo- en la procesión de la Virgen de la Amargura.

Hasta siete tallas fueron avanzando por el León viejo para enmudecer al público con la seriedad que lleva por bandera una de las centenarias de la capital.

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