Esperanza, Hermandad y Bienaventuranza en un Sábado de Pasión para el recuerdo

El Vía Crucis, con el Santo Cristo de la Bienaventuranza como protagonista, cerró el Sábado de Pasión en un acto recogido y acompañado por el trío de capilla en su desfile.

Año par y la Hermandad se celebra en El Ejido. La música de viento de la gaita y los tambores se escuchaba retumbar por el barrio obrero de la capital leonesa. Los capillos morados y las túnicas blancas se dejaron ver en Sábado de Pasión, como cada año par, y es que la hermandad volvió a mostrar su unión.

La capital fue sede de la Procesión de la Hermandad, organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de La Bañeza y la Hermandad de Jesús Divino Obrero de León, que ejerció de anfitriona. Centenares de leoneses se quisieron acercar a disfrutar de esta unidad entre penitenciales que cada año ponen de reflejo en la provincia.

La Procesión de la Hermandad abrió este 2024 los desfiles procesionales con túnica y capillo ya que su salida se llevó a cabo media hora antes que la de la procesión de Jesús de la Esperanza. Había ganas de procesión en la barriada del Ejido y eso se notó entre las decenas de papones que portaban sus cruces y daban la mano a los más pequeños que se apilaban emocionados en los laterales de las calles por las que discurrieron los pasos.

El tiempo acompañó y permitió disfrutar de una hermandad duradera, de las que se consagran con el paso del tiempo, y que cada año par llega a León para exponer un pedacito de la Semana Santa de La Bañeza.

León volvió a tener Esperanza y a disfrutar de la Semana Santa. El sol brillaba en el cielo, como lo hace desde hace años en este Sábado de Pasión, para no perder detalle de una procesión que congregó a miles de fieles y papones de acera.

Los penitentes de la Sacramental Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses se hicieron esperar al otro lado del pórtico de la Colegiata de San Isidoro. Se agolpaban los ciudadanos en Santo Martino para no perder detalle de la espectacular salida en un marco incomparable.

No fueron los primeros en enfundarse este año el capillo, ya que la procesión de la Hermandad organizada por la Cofradía de Jesús Divino Obrero se les adelantó media hora. Pero la ilusión era la misma, o incluso más, que en años previos.

Desde la Colegiata de San Isidoro se volvieron a hacer grandes, como lo hacen con sus enormes capillos altos, para mostrar sus tallas a una ciudad que estaba dispuesta a vivir su pasión.

Solemnidad y silencio en el barrio de San Claudio donde solo sonaron las horquetas para recordar un Vía Crucis de Bienaventuranza. El murmullo previo quedó roto a la salida del 'moreno' por su barrio. Solemnidad y sonido de trío de capilla para acompañar un acto recogido que se perdía en la noche, solo iluminada por las velas de los papones.

El Santo Cristo de la Bienaventuranza llevó a su titular a recibir el primer saludo de los vecinos en esta Semana Santa. Una ronda con tambor destemplado, trompeta y tambor, en absoluto silencio, daba paso a la cruz de guía y a los papones de filas. Antes de ellos, con sobriedad, un hermano portaba el libro de difuntos.

Imponente, tumbado sobre la cruz y los hombros de siete braceros, el 'patrón' del barrio recibía las súplicas y plegarias de los primeros vecinos que salían a su paso.

La Semana Santa de León no ha hecho más que esperar. Nueve días quedan por delante para vivir con fervor la pasión y muerte de Jesús en la Cruz.