El cielo llora el Dolor de su Madre y el Perdón canta sobre el silencio

La lluvia marcaba la jornada con suspensión parcial de la Procesión del Perdón y la modificación del trayecto de la Procesión Dolor de Nuestra Madre, que finalmente salió en el único respiro que el cielo dio a la Semana Santa de León.

El Vía Crucis Leonés Cantado culminaba con un Martes Santo que salió adelante con todos los hermanos y hermanas a pesar de las inclemencias metereológicas que amenzan parte de la Semana Santa.

La Cofradía del Santo Cristo del Perdón tenía que suspender parcialmente la procesión, decisión que su abad, José María Urdiales, tomaba con gran pesar y entre lágrimas.

«Creo que no debemos salir. Lo siento en el alma. Es muy difícil decir esto, lo más difícil que me ha pasado», anunciaba el abad de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, José María Urdiales.

La Procesión del Perdón salió con 35 minutos de retraso y decidió salir sin pasos hasta la Catedral para realizar allí el acto del Perdón y finalizar con ello la marcha.

A las ocho de la tarde, la procesión, sin tallas, hacía entrada en la plaza de La Regla. Centenares de leoneses, paraguas en mano, recibieron al Santo Cristo del Perdón, que llegó hasta la Catedral de León y empezó a invadir el primer templo de la diócesis legionense.

Tras un par de canciones interpretados por la coral, el abad de la cofradía hacía lectura de la solicitud de indulto; y el regidor José Antonio Diez confirmaba la gracia plena para la reclusa O.M.R., que había recibido el indulto para lo que restase de su condena

Tres Vírgenes y una sola madre, la de todos. Tres Vírgenes y un único dolor, universal, el que conlleva la pérdida del hijo. La Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad decidía salir a pesar de la lluvia, que dio un respiro para que sus hermanas y hermanos pudieran disfrutar del Martes Santo.

Angustias vivía uno de sus días grandes de la Semana Santa con los tres pasos de sus vírgenes, que año tras año brillan como unas de las imágenes más preciadas de León. La salida se retrasó a las 20:30 horas por las inclemencias metereológicas y la Virgen de las Lágrimas abría la procesión desolada, con el rostro sonrojado en una talla que estrenó restauración el año pasado. «Virgen del Mayor Dolor», como la denominan los expertos, imagen del 1958.

Bajo la cruz y con Jesús en sus brazos salía de Santa Nonia la Virgen de las Angustias, piedad que data del siglo XVI. Por último la Virgen de la Soledad culminaba los tres pasos de la procesión.

La Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad había protagonizado el mismo Martes Santo uno de los momentos polémicos de la Semana Santa 2024 al conocerse una querella a un papón por bailar en una discoteca con la túnica, algo que fue muy comentado entre el público de la procesión.

«Gallos vigilantes que en la noche alertan. Quien negó tres veces, otras tres confiesa. Y pregona el llanto lo que el miedo niega. Muerto lo bajaban a la tumba nueva; nunca tan adentro tuvo al sol la tierra. Daba el monte gritos piedra contra piedra». Es uno de los actos más solemnes de la Semana Santa. Cantar el Calvario al hijo de Dios caído.

La iglesia de San Francisco reunía a decenas de fieles mientras los hermanos de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio, de túnica morada y capirote blanco, realizaban las 14 estaciones ante las Cruces Penitenciales, acompañados por los franciscanos.

Respeto, silencio y fervor contenido colmaban el ambiente sobrecogedor que concluía con el Besapié al Santo Cristo de la Expiración.