La Bañeza, la «gran desconocida» entre la Semana Santa de la provincia

El alcalde presume de haber vivido desde dentro esta pasión y pone en valor el esfuerzo altruista de sus tres cofradías: el Nazareno, las Angustias y la Vera Cruz, quienes logran poner en la calle más de una decena de actos e imágenes de enorme valor. Y se queda con un recuerdo de niño. «El Viernes de Dolores. Rezar a la Virgen de Angustias esa Salve al final de la procesión y poder pedir ayuda y que nos proteja. Es un recuerdo de niño que marca el inicio de la Semana Santa; y era el reencuentro».

Si por algo destaca la Semana Santa de La Bañeza es por su Santo Potajero. Una tradición ancestral y buque insignia de esta pasión al sur de León. «Es un momento de reunión con los amigos y se intenta de forma diferente el reunirse de nuevo y estar juntos y mantener viva la tradición».

Una tradición que nace en 1615 desde una capilla de la ciudad donde nos espera Luis Mantecón. «La capilla de Nuestra Señora de las Angustias de La Bañeza fue fundada en 1550 y costó 2.000 reales».

Aquí tiene su sede la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, que celebran esta fiesta cuya tradición obligaba a dar un caldo a los presos de la cárcel desde una olla de vaca con productos del tiempo. «Hoy, damos 6.000 raciones de potaje. Se pide un mes antes por las calles de La Bañeza y el Lunes Santo se inician los preparativos. El Miércoles Santo se viene a hacer con 325 kilos de garbanzos, 100 de arroz, 160 litros de aceite, 180 de bacalao, 20 kilos de ajos, pimentón, 325 de naranjas, 40 de pasatas y 300 barras de pan que se reparten a todos los que vienen a pedirlo».

Solo entrar en la capilla ya permite ver el alto nivel imaginero y cultural que posee esta antigua penitencial fundada en el siglo XVI. La imagen titular es Nuestra Señora de las Angustias, de 1600, de un bañezano y un maragato; y hay muchas tallas del siglo XVII como la Virgen de la Soledad o el Cristo Yacente. A ello suman un Cristo Atado a la Columna, la Oració n en el Huerto o el Cristo Resucitado de Manuel de Borja. Y todo ello lo mantiene el cabildo con una modesta aportación de sus hermanos. «Somos 650 cofrades y la cuota es de seis euros y hacemos todo lo que veis aquí; y gracias a la aportación de la gente que tiene devoción a la virgen y dan donativos».

Cerca del Ayuntamiento, nos encontramos con otra de las cofradías de La Bañeza, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que guarda una estrecha relación con la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero de León. En 1996, a través de algunos miembros del cabildo, se establece una hermandad y se celebra la procesión del mismo nombre que se desarrolla cada año en una localidad.

La capilla es la parte fundamental de la hermandad y donde reposa su titular, quien preside el altar. «Es una talla de madera del imaginero Luis Salvador Carmona, de 1755-60. Es una imagen espectacular por todas las facciones; tiene tallada la caja dental, los músculos y venas, y destaca lo que algunos entendidos consideran la firma del autor: tiene en su ceja una de las espinas de la corona», afirma Jesús Ángel Cid, gestor del archivo de la cofradía.

Y tras cruzar una puerta encontramos todo un museo de la Semana Santa de La Bañeza. Es una nave acondicionada en lo que eran unas huertas y donde se guardan los pasos de la Procesión de la Pasión, donde participan 17 obras. Hay un trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra de Juan Antonio Navarro Santafé; está Nuestra Señora de la Amargura, cotitular; y luego otras como Jesús Prendido y otras tallas de autores leoneses, zamoranos y vallisoletanos.

La cofradía también celebra el Triunfo de la Cruz, el Día del Ángel y, tras la procesión del Viernes Santo cuentan con su peculiar forma de reconfortara los hermanos tras el esfuerzo: las sopas de ajo, de lo que se disponen algunos documentos en los que se habla específicamente de ello, «pero en la antigüedad se les proporcionaba, y así viene reflejado, un refresco, y de ahí viene esta celebración».

Unos metros más adelante, en esa misma calle, tiene su modesta sede la Cofradía de la Santa Vera Cruz. Fundada en el siglo XVI, los documentos recogen que 20 hermanos iniciaron s andadura con dos procesiones y la obligación de atender a enfermos pobres y transeúntes y pagando una alta cuota de 33 reales por permanecer a ella.

En 1583 se produce la concordia de los Hospitales de La Bañeza, quedando bajo la tutela del de la Vera Cruz y en 1633 se incorpora al hospital el legado de Juan de Mansilla.

Tras cambiar de estatutos hace 35 años, pasó a ser mixta y desde entonces siempre ha habido representación femenina en el cabildo; ahora son varios centenares de cofrades los que participan en la procesión de El Encuentro, realizan el Miserere y sacan a la calle la Esperanza en el Domingo de Ramos.

Todas estas cofradías potencian una Semana Santa de La Bañeza que pretende ser otro de los estandartes de la ciudad en 2022 para un municipio que busca reestructurar su turismo. «La Bañeza tiene mucho que ver. Está bien situada para ver otras zonas como Portugal, León, Zamora o Tierra de Campos; y es un lugar bueno para que la gente decida venir aquí y disfrutar de nuestra cultura y nuestra mesa unos días».