Secciones
Servicios
Destacamos
En cuanto se desató la covid, Amy Schumer hizo las maletas junto a su familia, dejó Nueva York y se mudó a Martha's Vineyard, una isla de Massachusetts donde creció su marido, Chris Fischer, de profesión chef y también granjero. Son apenas cuatro datos ... que ya revelan el ADN del regreso a la televisión de esta humorista, 'La vida y Beth', una serie de 10 episodios que en España acaba de estrenar Disney +. La última vez que habíamos visto a Schumer, conocida por su trabajo de stand up, fue presentando una gala de los Oscar que ya nunca podrá separarse del nombre de Will Smith. En 2020 estrenó un especial de comedia alrededor de su embarazo, 'Expecting Amy', y en plena pandemia lanzó un programa de cocina hecho junto a su marido y grabado en su propia casa. Su sentido del humor siempre ha estado pegado a su vida y eso no ha cambiado aunque el tono se haya oscurecido por momentos. Ahora, esta actriz y guionista se atreve con una ficción que coquetea con el drama para contar qué ocurre cuando una mujer se pregunta si es realmente feliz con una vida aparentemente exitosa. No hay pandemia por el medio, pero su respuesta provocará una cadena de cambios. En la coctelera hay un duelo, una ruptura, problemas de trabajo y una mudanza: exacto, un traslado desde la gran ciudad a otra isla, Long Island, donde allí conocerá a un agricultor.
Se podría decir que el andamiaje de la historia es bien conocido pero que son los detalles autobiográficos los que marcan la diferencia. Porque el rastro de esta ficción tan personal que Schumer escribe, protagoniza y de la que es productora ejecutiva, continúa episodio tras episodio y añade capas de lectura con las que la actriz se atreve a indagar ese registro más sobrio que hasta ahora no había explorado. En 2019, como parte de su especial 'Growing', Schumer anunció que su marido había sido diagnosticado con un trastorno del espectro autista, un rasgo que es evidente en la personalidad de John, el granjero interpretado por Michael Cera que para Beth es tan carismático como desconcertante. Sin duda, sus escenas juntos, con el contraste entre el sentido del humor de ella y la extrema seriedad de él, son las que más destacan en el marcador cómico. En el dramático, el tanto se lo apunta Violet Young, una joven actriz que da vida a la Beth adolescente.
El presente de la protagonista, moldeado por ese retorno a lo rural (tan frecuente en estos tiempos que corre el peligro de ser un lugar común), se complementa con 'flashbacks' que van aclarando el pasado de Beth, haciendo hincapié en traumas de la adolescencia que podrían explicar su descontento actual. Así nos enteramos de que tanto actriz como personaje (es decir, tanto Schumer como Beth) sufrieron tricotilomanía, un comportamiento compulsivo que consiste en retorcerse el pelo e incluso arrancarlo y que ocasiona una pérdida de cabello. Es otra marca quizá con fines catárticos que Schumer imprime a esta serie que tiene las ideas un poco desordenadas pero con la que es muy difícil no terminar encariñándose. Entre chistes sobre el judaísmo o críticas veladas al snobismo de Nueva York, encontramos una tesis tan válida y pertinente como la del dolor emocional que termina encontrando su reflejo en el cuerpo. En un segundo plano, también se pone en valor la amistad femenina y se desmitifica la idea del amor. Una serie para recolocar prioridades que ya tiene una segunda temporada confirmada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.