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El presidente del Gobierno inauguró este miércoles el nuevo curso político, como el año pasado, con una conferencia en Casa de América destinada a recuperar la iniciativa política y a dejar claras sus prioridades para los próximos meses. En el horizonte más próximo, Pedro Sánchez ... tiene la primera reunión de la mesa de diálogo con la Generalitat, en la que aún no ha decidido si participará personalmente, pero ya ha dejado claro que no quiere que ese asunto monopolice el debate y eclipse el mensaje que quiere hacer llegar, el de que el Ejecutivo busca una «recuperación justa». El principal enemigo, sin embargo, lo tiene en casa.
Sánchez confirmó en su intervención ante empresarios del Ibex 35, sindicatos y representantes de la sociedad civil, además de sus ministros, la intención de aprobar una subida «inmediata» del salario mínimo interprofesional. Lo hizo al tiempo que la mesa del diálogo social iniciaba conversaciones sobre ese asunto. Pero la noticia, que a estas alturas se daba ya por descontada pese a las reticencias mostradas por el ala socialista del Ejecutivo durante la primera mitad del año, no sirvió para amortiguar las tensiones con su socio de coalición, centradas ahora en otro asunto, la respuesta frente al descomunal alza del precio de la luz.
El presidente del Gobierno dejó claro que respalda la posición de su vicepresidenta y ministra de Transición Económica, Teresa Ribera, frente a las demandas de Unidas Podemos para intervenir el mercado energético. Apenas unos días después de que UP anunciara movilizaciones en las calles, y frente al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, o el consejero delegado de Endesa, Jorge Bogas, se rebeló contra la idea de que el Ejecutivo no está haciendo nada para atajar el problema y aseguró, sin concretar iniciativa alguna, que seguirá tomando medidas, pero también avisó de que lo hará «siempre dentro del marco regulatorio europeo».
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En la práctica, la advertencia del jefe del Ejecutivo supone un 'no' rotundo a la pretensión de fijar precios para la energía nuclear y la hidroeléctrica a fin de amortiguar una subida que el propio Ministerio para la Transición Ecológica cifra en torno al 25% para el conjunto del año. Es una pugna similar a la que desde hace meses mantienen los dos socios de la coalición gubernamental a cuenta del precio del alquiler; solo que en este caso, los socialistas se aferran a que las demandas de su coaligado son contrarias al derecho comunitario.
Unidas Podemos no tardó mucho en contraatacar. Su secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, ironizó con que no hace tanto que el PSOE rechazaba subir el SMI en 2021. «¿Cuánto tardará en volver a rectificar?», escribió en Twitter.
El ala socialista del Ejecutivo está molesta por la actitud de su socio en una cuestión que, según volvió a argumentar Sánchez, es «compleja» y no se puede resolver con una única medida. El bloque que lidera en el Gobierno Yolanda Díaz reprocha mientras, entre otras cosas, que el PSOE vaya con pies de plomo y no haya querido legislar por real decreto sino como proyectos de ley iniciativas anunciadas en mayo para reducir las bonificaciones a las nucleares y las hidroeléctricas (los llamados beneficios caídos del cielo) y para intentar que sean las compañías y no el consumidor quien financie las primas a las renovables. Sánchez pidió este jueves al Parlamento una «aprobación rápida» de ambas leyes.
Pero al margen de este asunto, de cuya importancia para los ciudadanos aseguró «hacerse cargo», el presidente del Gobierno hizo un análisis muy optimista sobre lo que está por venir. En la Moncloa remarcan además que, más allá del ruido, la estabilidad está garantizada y, como muestra, apuntan a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado que, por primera vez en muchos años, podrían llegar al Congreso, tal y como marca la Constitución, antes del 30 de septiembre.
Sánchez no se quiso pillar los dedos con los plazos y situó «entre finales de septiembre y principios de octubre» el inicio de la tramitación de las Cuentas. En todo caso, insistió una y otra vez en que su objetivo es consolidar una recuperación «justa» para que el crecimiento llegue «a los bolsillos de todos los españoles en forma de más empleo, mejores salarios y pensiones dignas» «Nadie –adujo tras defender que España está ahora «mucho mejor» que hace un año– puede quedar atrás».
Por delante, el jefe del Ejecutivo tiene importantes retos: la reforma de las pensiones, a la que él mismo aludió y para la que pidió la colaboración tanto de los agentes sociales como del resto de fuerzas políticas, o la del mercado laboral, que debe presentar a Bruselas antes de que acabe el año para poder recibir un nuevo desembolso de los fondos de recuperación europeos; fondos a los que se ha encomendado para acometer una modernización de las estructuras del país y, también, para ganarse el favor de la ciudadanía.
De momento, en el Gobierno respiran aliviados ante los previsibles datos de aumento del PIB y creación de puestos de trabajo. Sánchez, no en vano, advirtió a la oposición y en concreto al PP, que ya da por sentada su futura victoria electoral, que aún quedan por delante en torno a 850 días de legislatura.
El precio de la luz sigue batiendo récords. Este jueves se convertirá en el cuarto día de subidas consecutivas y el megavatio hora alcanzará los 140,38 euros. Es la sombra que se cierne sobre el discurso luminoso con el que Pedro Sánchez aspiraba a brillar ayer en el acto organizado por la Moncloa para enmarcar el inicio del curso político.
No sería para ahorrar, pero casualmente el presidente del Gobierno expuso sus objetivos para lo que queda de año casi a oscuras, con los focos del salón de actos de la Casa de América apuntando a su figura sobre el escenario con tono tenue. «No estamos como hace un año, estamos mucho mejor», repetía el jefe del Ejecutivo.
En primera fila, seguían sus palabras los representantes de la cúpula de las eléctricas sobre la que Unidas Podemos carga las tintas mientras el ala socialista del Ejecutivo hace equilibrios. Sánchez buscó la manera de negar el sambenito de partido confabulador del Ibex 35 que sus socios de Gobierno tratan de endosar al PSOE para salir indemnes de una situación que les sitúa dolorosamente frente a la hemeroteca y enumeró una a una las medidas tomadas frente al alza de precios (la reducción del IVA a suspensión del impuesto de producción energética, la ampliación del bono social o las ayudas al autoconsumo) pero no evitó la foto de rigor en diálogo con los 'capos' de la cosa.
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