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Ya no hay el más mínimo resquicio de duda. El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subirá este año, haya o no acuerdo con los agentes sociales, después de ocho meses congelado en 950 euros al mes a consecuencia de la pandemia. Y de forma inmediata. Así ... lo confirmó éste miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su conferencia de apertura del curso político pronunciada en la Casa de América de Madrid. «Abordaremos una subida inmediata del SMI en lo que queda de año», aseguró, apoyándose en la fuerte recuperación económica y presionado por la fuerte inflación que lastra el poder adquisitivo de los trabajadores.
El anuncio del presidente se produjo precisamente al mismo tiempo que el Ministerio de Trabajo mantenía la primera reunión con los agentes sociales para tratar este incremento. Ahora sí el Ejecutivo al completo está decidido a un nuevo aumento después de que una parte de sus miembros, liderada por Nadia Calviño, se opusiera a ello a principios de año debido a la crisis financiera provocada por la covid-19. Una decisión que no gustó al bloque de Unidas Podemos ni a los sindicatos, que iniciaron el pasado mes de febrero una campaña de movilizaciones reclamando un alza para los trabajadores que menos ganan del mercado laboral español.
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Sin embargo, alcanzar un acuerdo con los agentes sociales como el que se logró a principios de 2020 se antoja cuando menos complicado, puesto que la patronal se opone a un nuevo incremento argumentando que todavía hay empresas y negocios que no se han recuperado de la crisis. «¿A quién no le gustaría que los salarios suban? Yo soy el primero que digo que lo tendríamos que hacer. Pero pensamos que no es el momento porque venimos de un año y medio horrible», señaló de nuevo este miércoles el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi en una entrevista en Telecinco.
Pero el Gobierno está decidido e incluso lo aprobará con el no de la CEOE, puesto que tiene potestad para ello. Lo que aún falta por saber es qué subida tendrán los cerca de dos millones de trabajadores que se rigen por el salario suelo y desde cuándo. Dos cosas pueden darse por sentadas: no será un alza considerable, semejante a la de los últimos años (en apenas tres años se ha elevado más de un 30%) y no se hará con efecto retroactivo, por lo que su entrada en vigor sería en octubre o incluso podría adelantarse a septiembre si así lo deciden.
La primera propuesta de subida que planteó este miércoles el Ministerio de Trabajo fue 15 euros para lo que queda de año y 31 euros más tanto en 2022 como en 2023, por lo que alcanzaría a final de legislatura la cantidad de 1.027 euros, según desvelaron los sindicatos tras la reunión mantenida. Sin embargo, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, descartó que hayan concretado aún una cifra y se limitó a decir que la referencia que tiene el Ejecutivo es el informe elaborado por el comité de expertos. En concreto, los expertos plantean para este año una subida de entre 12 y 19 euros y estiman que debe situarse entre los 1.011 y 1.049 euros en 2023. «La horquilla es amplia y debe servirnos para alcanzar un acuerdo», señaló el número dos de Trabajo, quien recalcó el interés del Ejecutivo de lograr un nuevo pacto –sería el duodécimo en esta legislatura– con los agentes sociales. Pérez Rey incidió en que la cifra definitiva «dependerá mucho de cuál puede ser la geometría de ese acuerdo».
El pacto se retrasará hasta el próximo lunes, cuando está prevista otra reunión. Será la última, independientemente de que se alcance un acuerdo o no. Así lo apuntó ayer la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al indicar que la decisión se tomará «rápidamente» tras ese encuentro del día 6, llamado a ser la última oportunidad de consenso entre todas las partes.
A los sindicatos les ha parecido la propuesta presentada ayer como «insuficiente». El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, reclamó una subida más importante y aseguró que «vamos a dar argumentos al Gobierno para que en 2021 el SMI suba 25 ó 30 euros más», explicó.
En esta misma línea, el líder de CC OO, Unai Sordo, defendió que la subida de este año debería estar en torno a los 25 euros al mes, aunque no descartó que sea «incluso un poco más», dependiendo de cómo cierre el Índice de Precios al Consumo (IPC). Pero de igual forma CC OO descarta quedarse solo en el alza de este año y prefiere fijar ya una senda de incrementos de aquí a 2023. «Nuestro objetivo no es solo hablar del SMI en los cuatro meses que quedan, porque 2022 está a la vuelta de la esquina y porque hay que garantizar que en ese periodo de 16 meses sube lo suficiente como para no perder poder adquisitivo y para acercarlo a ese 60% al que tiene que estar en el 1 de enero de 2023», explicó Sordo, quien calculó que habría que elevarlo «entre 100 y 100 y pico euros» por encima de la cifra actual.
Por el contrario, desde CEOE mantuvieron una férrea oposición a una subida para este año –que encarecería además la cuota mensual de los autónomos entre 3 y 12 euros–, aunque se mostraron «abiertos a hacer un análisis» para los años 2022 y 2023. La patronal reconoció que existen «síntomas evidentes de recuperación», pero al mismo tiempo recalcó que la incertidumbre se mantiene y es «imprescindible» actuar con «prudencia».
España ha sido casi una excepción en Europa. Pese a la fuerte crisis financiera que sacudió al Viejo Continente a consecuencia del estallido de la covid-19, la mayor parte de países europeos se desmarcó de la estrategia de España, que optó por la congelación hasta ver encauzada la recuperación, y apostó por subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Concretamente, solo Bélgica, Grecia y Estonia rechazaron elevar el sueldo mínimo fijado por ley para este 2021, mientras que 18 estados (incluido aquí Reino Unido) han aprobado incrementos, aunque bien es cierto que menos pronunciados que en anteriores ejercicios. Aún así, la horquilla oscila entre el 1% y el 16,3%, protagonizando las mayores alzas los países del este, que, no obstante, tienen aún sueldos muy bajos.
A la cabeza de las subidas está Letonia, donde sin embargo el SMI está fijado en apenas 500 euros al mes. Otros cinco países de la Europa central y del Este (Lituania, Eslovenia, Polonia, Eslovaquia y Bulgaria) registran incrementos por encima del 5%, en sintonía con los que experimentó España entre 2018 y 2020.
Pese a la crisis, la mitad de los países aplicó un alza superior al 3%, como así hizo también nuestro vecino Portugal (4,7%). Sin embargo, los países de nuestro entorno optaron por la prudencia, como Francia, con una subida del 1%; Alemania, 1,6%; Países Bajos, 1,9%; el Reino Unido, 2,2%, o Luxemburgo, 2,8%.
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