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«Entramos juntos en esta crisis y saldremos juntos como país». El plan de Pedro Sánchez para iniciar la desescalada pasa invariablemente por centralizar todas las decisiones en el Consejo de Ministros. Quiso dejarlo claro, primero, en su intervención televisiva del pasado sábado y ... este domingo, durante la séptima reunión por videoconferencia que ha mantenido con los presidentes autonómicos desde el inicio de la crisis, volvió a defender el papel del Gobierno como órgano director del regreso hacia la «nueva normalidad». Una senda que será, insistió, «gradual, asimétrica y coordinada».
Sin embargo, varias comunidades como Cataluña, País Vasco, Galicia o Andalucía ya han empezado a diseñar su propia hoja de ruta del desconfinamiento y reclaman recuperar su capacidad en la toma de decisiones. El más crítico con el plan de Moncloa volvió a ser el president de la Generalitat, Quim Torra, que defendió recuperar las competencias perdidas por la activación del estado de alarma ya que, en su opinión, «si algo ha quedado claro de la fase del confinamiento es que la centralización no ha funcionado». Además advirtió a Sánchez de que la «lentitud» en la toma de decisiones «puede provocar una crisis humanitaria».
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En la misma línea, aunque con un tono menos belicoso, el lehendakari, Iñigo Urkullu, trasladó al presidente del Gobierno una petición de fomentar «más criterios y menos tutelas» en esta nueva fase, y apeló al modelo alemán, con un sistema descentralizado en el que los estados federados dictan las reglas. «Estamos haciendo un proceso de integración, que entiendo que pueda ser incómodo, pero tenemos la responsabilidad de coordinar la desescalada y no vamos a rehuir esa responsabilidad», le replicó Sánchez
Los barones del PSOE, por su parte, cerraron filas en torno al Gobierno. Mientras los territorios más dependientes del turismo, como Canarias o Andalucía, reclamaron un nuevo paquete de medidas económicas, como la ampliación de los ERTE o la elaborar un plan nacional de rescate para el sector.
l presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, también considera que no se puede diseñar la desescalada desde Madrid dejando «al margen» a las autonomías y solicitó también ir abriendo más actividades económicas como librerías o tiendas de ropa.
El coronavirus en cifras
Los presidentes autonómicos populares se debaten entre la lealtad a la centralización y su intento por fiscalizar la acción del Gobierno. Entre otras peticiones, solicitaron la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera una vez que se conozca decisión de la UE sobre el programa de ayudas por el coronavirus. Propuesta a la que se sumó el líder socialista manchego Emiliano García-Page. Sánchez, en un intento de apaciguar a las autonomías díscolas, volvió a recordar que «esto no es una carrera por desescalar primero», y se mostró abierto a escuchar sugerencias. Sin embargo, el Gobierno lleva ya tres semanas diseñando el plan de transición y la realidad es que en Moncloa no se plantean ceder el bastón de mando.
Una de las dádivas que sí recoge el informe elaborado por el comité de expertos que asesora al Gobierno es que «la delimitación de las áreas geográficas (que iniciarán la desescalada) se acordará con las comunidades autónomas». Aunque Sánchez matiza que «todos debemos regirnos por las mismas reglas hasta que haya vacuna o tratamiento para la Covid-19».
A falta de ambos factores, el plan de desescalada se aprobará este martes en el Consejo de Ministros, en cuya elaboración ha trabajado el equipo que coordina la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera.
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