Montoro asume su reprobación «sin consecuencias prácticas»

Los nacionalistas vascos han optado por la abstención. El pasado martes, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, justificaba su posición no sólo por el régimen fiscal diferenciado del País Vasco, sino por entender que se empieza a abusar de la herramienta de la reprobación tras haber procedido del mismo modo con el ministro de Justicia, Rafael Catalá, con el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, y en octubre de 2016 con el titular de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz. "Empieza a ser un sinsentido un tanto ridículo", afeó el diputado.

Así lo entiende también el Gobierno. Cristóbal Montoro, que el martes no estuvo presente en el debate sobre su censura, sí ha acudido hoy a las votaciones. Al término de la sesión ha asumido de manera "consecuente" el reproche de la Cámara como un "hecho democrático", "un acto político más", pero eso sí, sin efecto ninguno. "Hay que darle el valor, aceptarlo dentro de las reglas democráticas, pero no tiene ninguna consecuencia", ha puntualizado.

Esta misma tarde, Montoro negociará con las comunidades autónomas los objetivos de déficit y deuda y el lunes el Consejo de Ministros aprobará el acuerdo de límite de gasto no financiero. "Vamos a seguir trabajando", ha anticipado el titular de Hacienda, que tiene por delante la tarea de consensuar con los partidos el marco para la elaboración de los Presupuestos de 2018.

El PSOE, en todo caso, que mañana acudirá a una reunión en Hacienda, ha descartado negociar con el ministro 24 horas después de ser reprobado. Según Montoro, los socialistas sólo le han comunicado que quieren "rebajar el nivel político del encuentro". "El partido tiene que aclararse, yo le doy tiempo para que se serene, ¿pero ustedes creen que el nuevo PSOE va a apoyar el techo de gasto? Pues no", ha relativizado pese a aceptar que la segunda fuerza política dialogue directamente con los secretarios de Estado de Hacienda y Presupuestos.