El malestar ciudadano a causa de las restricciones y del agotamiento por la pandemia, reflejado, por ejemplo, en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se ha transformado en los últimos días en una explosión de rabia en varias ciudades que ha dejado en ... estado de shock a los políticos y a la población en general. Los disturbios en Barcelona, Bilbao, Sevilla, Burgos, Santander, Valencia o Zaragoza han acabado con detenidos y heridos, pero sobre todo, dejan la sensación de que una parte de la sociedad no está dispuesta a acatar pacíficamente las medidas que los gobiernos, regionales o autonómicos, están estableciendo para frenar la pandemia.
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En Santander, ocho personas fueron arrestadas el viernes por la noche por quemar contenedores, levantar adoquines y arrojar objetos a los agentes, uno de los cuales fue herido de gravedad. En el barrio de Gamonal, en Burgos, hubo dos detenidos. En los días anteriores, Bilbao y Sevilla vivieron manifestaciones que acabaron con enfrentamientos. Pero los peores incidentes ocurrieron en Barcelona, donde el viernes hubo 30 heridos leves (23 policías y siete manifestantes) los Mossos detuvieron el viernes a catorce personas, dos de ellas menores, en una noche de violencia y saqueos. Los responsables de los Mossos d'Esquadra reconocieron ayer que no estaban preparados para una situación como la que ocurrió y avisaron de que revisarán sus dispositivos ante futuras protestas.
En Madrid, 32 personas han sido detenidas por los disturbios violentos que se han producido en el centro de la ciudad y tres agentes han resultado heridos por los manifestantes. Un grupo de decenas de personas intentó cortar a última hora de la noche del sábado la Gran Vía de Madrid quemando contenedores y formando barricadas. Posteriormente, los agentes desalojaron la Puerta del Sol donde estaba convocada una manifestación bajo el lema 'Salimos a la calle, el pueblo está cansado'.
La protesta se trasladó a la Plaza de Ópera donde se concentraron más de un centenar de personas con lemas contra el Gobierno de Pedro Sánchez.Al término de esta manifestación varias decenas de personas fueron a Plaza España donde instalaron barricadas y quemaron contenedores con el objetivo de cortar la Gran Vía. En su marcha también han destruido mobiliario de la principal arteria madrileña y han lanzado piedras contra escaparates de algunos comercios.
¿Pero quiénes han salido a calle a enfrentarse a la policía, quemar contenedores y asaltar comercios? La respuesta es compleja. Las manifestaciones que se han convocado contra las restricciones han sido encabezadas por los hosteleros, sobre todo, que rechazan los cierres tempranos decretados para sus negocios, y por taxistas y autónomos, otros sectores que padecen la dureza de la crisis, pero también por los negacionistas de la covid-19, que desde agosto multiplican sus mensajes y sus acciones contra las restricciones.
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La comisaria de los Mossos Alícia Moriana aseguró en TV3 que en las protestas había «grupos radicales, algunos de los cuales están vinculados a la extrema derecha», además de personas afectadas por las restricciones. «Teníamos sospechas de que podría haber algún grupo más radical, pero en ningún caso habíamos previsto la violencia que ejercieron», afirmó Moriana. El Ayuntamiento de Barcelona mandó borrar pintadas de ideología ultraderechista que aparecieron tras las protestas. Todo lo contrario proclamó ayer Vox. que acusó a la «extrema izquierda», a menores extranjeros no acompañados y a «infiltrados» de provocar «disturbios y saqueos».
Por su parte, el sindicato de la Policía Nacional Jupol denunció que se habían producido actos de «pillaje» en tiendas de deportes de Barcelona (varios vídeos en las redes sociales así lo atestiguan). «Entendemos el malestar que pueden generar en la ciudadanía algunas de las decisiones tomadas, pero hacemos un llamamiento a la responsabilidad y pedimos a los ciudadanos que ante todo respeten las normas del Estado de Derecho y las libertades de todos los ciudadanos», afirmó Jupol.
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Las protestas de Gamonal, en Burgos, parecen tener su origen en las limitaciones a la movilidad nocturna y al ocio. En este barrio los jóvenes se manifestaron contra el toque de queda establecido por la Junta de Castilla y León, de 22 a 6 horas, y la concentración acabó con los coches de la Policía Nacional huyendo de la zona. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, hizo un llamamiento a la serenidad. «Los episodios violentos que se están produciendo en Burgos, además de reprobables, no ayudan a luchar contra el enemigo común que es el virus. Mi apoyo a las fuerzas de seguridad», escribió en Twitter.
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