Quim Torra comparece en La Moncloa el pasado miércoles tras la reunión de la mesa de diálogo. EFE

La confrontación regresa al secesionismo el día después de la mesa de diálogo

El Gobierno de Sánchez insta a los soberanistas a explorar soluciones que se puedan votar y que en «estos momentos no existen»

cristian reino

Barcelona

Jueves, 27 de febrero 2020

El independentismo aparcó el miércoles sus diferencias en la mesa de diálogo con el Gobierno central. Pero las peleas internas, que complicaron acordar la composición de la delegación catalana, se reprodujeron este jueves. Fue a cuenta de la votación del techo de gasto en ... el Congreso. JxCat y ERC se inclinaban por la abstención, aunque al final los posconvergentes votaron en contra. Aprovecharon para marcar perfil propio y criticar a los republicanos por dar sus votos «gratis» al Gobierno. Esquerra se sintió engañada y también cargó contra sus socios a los que acusó de deslealtad. La confianza entre las dos formaciones es tan débil que ERC no volverá a anticipar a JxCat sus votos en el Congreso. Torra dijo que trataría de aislar la mesa de diálogo con el Gobierno de la negociación de los Presupuestos y de las elecciones catalanas, pero, 24 horas después, el deseo del presidente de la Generalitat se quedó en un brindis al sol, que anticipa que la guerra independentista afectará de lleno a la mesa.

Publicidad

El encuentro celebrado el miércoles en la Moncloa, con toda la pompa de una cumbre entre dos gobiernos, dejó más o menos satisfechos a todos los actores. Fue una primera toma de contacto y la empresa va para largo. De momento nadie se levanta de la mesa. El Gobierno consideró este jueves que la reunión fue un «éxito rotundo de la convivencia» y fue «muy fructífera», según la vicepresidenta Carmen Calvo. El Ejecutivo volvió a cerrar la puerta a la autodeterminación, la principal reclamación del independentismo para solucionar el conflicto.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, habló el miércoles de buscar «fórmulas imaginativas» para la cuestión catalana. Buscar soluciones para el conflicto, que, según Calvo, se puedan votar. Eso sí, cree que esas fórmulas en «estos momentos no existen» y en ningún caso, según el Gobierno, sería un referéndum sobre la independencia.

Seguridad jurídica

La Moncloa y la Generalitat acordaron un documento conjunto en el que constatan «la naturaleza política del conflicto» y ponen de manifiesto la necesidad de encontrar una «solución política» que tiene como límite la «seguridad jurídica». Hace un año, en la cumbre de Pedralbes, el independentismo se felicitó porque esa fórmula no era, a su juicio, sinónimo de que tenga que ceñirse a la legalidad y obviaba además la referencia a la Constitución.

La interpretación que este jueves hizo Pere Aragonès de este concepto fue que las leyes actuales no pueden limitar el diálogo. A su entender, primero hay que buscar acuerdos y luego que las leyes se adapten a la política. «Los acuerdos tienen que dar seguridad jurídica, pero primero hablaremos del contenido político, de las voluntades políticas. Y después veremos cuál es el camino jurídico a seguir», señaló. Para el vicepresidente catalán, en cualquier caso, la constitución de la mesa supone un «punto de inflexión» y celebró el inicio del diálogo, aunque cree que ahora hace falta que avance.

Publicidad

Desde JxCat recetaron más «prudencia» para valorar la reunión. Torra insistió en los argumentos del miércoles. «Seguimos sin saber cuál es la posición de España», se lamentó. «La de Cataluña es muy clara: derecho de autodeterminación y amnistía», remató. Para el presidente de la Generalitat, la primera reunión fue una «mesa cero», pero de ahí cree que el diálogo debe pasar a ser una negociación.

«Devastadora» para Aznar y «performance» según González

Felipe González y José María Aznar comparten «angustia» y «preocupación» por el rumbo de la política española. Aunque este jueves, durante la inauguración del Congreso Nacional de la Sociedad Civil 'Repensar España', celebrado en Madrid, discreparon en su visión respecto a la mesa de diálogo sobre el conflicto político en Cataluña. «Devastadora», para el popular, y «una performance», para el socialista. En lo que sí estuvieron de acuerdo fue en reclamar «mayor claridad» en las penas por «deslealtad institucional».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad