Sánchez afirma que Podemos asume que Delgado sea la fiscal general

La empatía entre Iglesias y Delgado es muy escasa tras las duras palabras del hoy vicepresidente segundo del Gobierno hacia la entonces ministra cuando trascendió hace dos años sus conversaciones con el comisario José Villarejo. «Alguien que se reúne de manera afable con un personaje de la basura, de las cloacas debe alejarse de la política. No es aceptable que en este país haya ministros que sean amigos de tipejos como Villarejo», dijo Iglesias en aquel momento.

Sánchez no ha hecho alusión a este enfrentamiento y ha defendido que el Consejo de Ministros haya aprobado hoy su propuesta para fiscal general del Estado. Ha alabado la trayectoria «impecable» de Delgado como fiscal y su currículum. «Está absolutamente acreditada» para ejercer ese cargo, ha subrayado.

Ha desdeñado las críticas de la oposición -que han registrado hoy en el Congreso la petición de comparecencia ante el pleno de Sánchez - porque «se opone por oponerse», y en vez de esperar «a los hechos» para emitir una opinión se guía por «prejuicios». Ha restado asimismo importancia al hecho de que haya sido ministra de Justicia hasta hace 72 horas y que en las elecciones del 10 de noviembre fuera elegida diputada por Madrid en las listas del PSOE. A su entender, esos hechos no condicionan su imparcialidad.

Sánchez ha explicado que solo ha transmitido dos criterios a la futura fiscal general: «Que actúe con absoluta independencia y garantice el estricto cumplimiento de la legalidad democrática».

La propuesta del nombramiento de Delgado como fiscal general del Estado ha llegado en el primer Consejo de Ministros de la coalición, convocado por Sánchez tan solo un día después de la toma de posesión de los miembros de su gabinete.

Al margen de la anunciada subida de las pensiones un 0,9%, algo que Sánchez ha esperado a aprobar hasta dejar de encontrarse en funciones, la sorpresa ha saltado a cuenta de la celebración de las reuniones semanales del Ejecutivo. Los martes, y ya no los viernes, serán a partir de ahora los días habituales para los Consejos de Ministros, algo que ya ocurre en comunidades autónomas como Cataluña, Asturias, La Rioja o País Vasco.

La razón de este cambio la explicó Sánchez en una carta que ha dirigido a sus ministros, primero, y en rueda de prensa después. «Trataremos de incorporar a nuestro funcionamiento métodos de organización que nos permitan planificar y anticiparnos a los acontecimientos y también responder a los problemas con premura y eficacia», ha señalado el presidente. «Precisamente por eso -ha añadido Sánchez- programaremos nuestras reuniones ordinarias de Consejo al comienzo y no al final de la semana, para anticipar y programar».

En su comparecencia ante los medios, Sánchez ha destacado «la ilusión» que ha encontrado entre sus nuevos ministros, los nuevos y los veteranos. A todos ellos les ha pedido que sean receptivos con las propuestas de todos los grupos parlamentarios, a pesar de que se ha mostrado resignado a que su Gobierno no tendrá los 100 días de gracia que, por tradición, se brindan a los nuevos ejecutivos.

El presidente también ha demostrado ilusión y optimsmo, hasta al punto de repetir que a su gabinete le quedan 1400 días de labor por delante. Es decir, que tiene el firme propósito de agotar la legislatura.