El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. EFE

La búsqueda de aliados para la reforma laboral abre otra pugna entre PSOE y Podemos

Los socialistas se abren a «ensanchar» la red de apoyos pero su socio trata de marcar terreno y avisa de que pactar con Cs «es una trampa»

Jueves, 20 de enero 2022, 10:17

Ni siquiera las urgencias por reunir los apoyos suficientes para convalidar la reforma laboral en el Congreso han puesto de acuerdo a los dos socios de la coalición, que han convertido el debate de las alianzas en una cuestión capital pese a no reunir aún ... los votos necesarios. A falta de 13 días para que se vote el decreto ley, en Unidas Podemos tratan de marcar terreno frente a los socialistas, a los que advierten de que explorar la vía de Ciudadanos es «una trampa», como apuntó este jueves el presidente del grupo parlamentario morado, Jaume Asens. El PSOE, por su parte, apuesta por «ensanchar mayorías», aunque siguen reconociendo a PNV, EH Bildu y ERC como «fuerzas prioritarias» en el sistema de equilibrios en el que se sustenta el Gobierno.

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Así lo reconoció el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que volvió a desplegar el argumentario en el que Ferraz lleva instalado varias semanas, el de alertar al resto de grupos sobre las «consecuencias» de votar no y frenar una reforma «pactada por sindicatos y patronal». Un mensaje que solo ha parecido calar de momento en Ciudadanos, que acepta apoyar la reforma laboral con la condición de mantener su texto original. «El objetivo es que Esquerra y Bildu no metan sus manos», zanjó el portavoz de los naranjas, Edmundo Bal.

Con una base de 154 síes (120 del PSOEy 34 de Unidas Podemos), la suma de los nueve diputados liberales en el Congreso seguiría siendo insuficiente, más aún cuando la línea roja con la que Moncloa se está manejando en la negociación es la de no tocar ni una coma del decreto ley. Esto colisiona con las pretensiones de los miembros del llamado bloque de investidura, que piden precisamente lo contrario. Concretamente PNV, EHBildu y ERC mantienen la exigencia, entre otras cuestiones, de conseguir que prevalezcan los convenios autonómicos frente a los estatales y que esto se rubrique en el decreto.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el propio Asens, llevan días manteniendo conversaciones telefónicas con representantes de estos partidos para atraerlos al sí. La última oferta que han puesto sobre la mesa es la de modificar los artículos 84.3 y 84.4 del Estatuto de los Trabajadores para permitir que en caso de conflicto prevalezca los convenios autonómicos. Una propuesta que no requeriría reescribir el decreto ley y mantendría en el acuerdo a la CEOE.

En Unidas Podemos perciben que tras los intentos del PSOEde ensanchar la red de aliados del Gobierno existe un interés por acabar con la dependencia del bloque de investidura, una táctica implantada por Pablo Iglesias en sus tiempos de vicepresidente y que, como han presumido en varias ocasiones, suele inclinar la balanza hacia el lado izquierdo en cada negociación.

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Pero ahora los morados están molestos por el duro tono esgrimido por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, el pasado miércoles, cuando cargó contra la vicepresidenta tildando la reforma laboral de «proyecto personal» e insistió en que su partido no puede avalar un texto que, adujo, «no es una reforma sino maquillaje».

«Pureza ideológica»

Este jueves, Asens le respondió organizando una rueda de prensa centrada exclusivamente en criticar la posición de los soberanistas, a los que considera instalados en una suerte de «pureza ideológica» y de los que critica su «tacticismo a corto plazo».

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Con el PP y Vox cerrados al no y tras el portazo de ERC, la negociación está encallada. Una delegación socialista encabezada por su portavoz parlamentario, Héctor Gómez, viajó este jueves a Bilbao para reunirse con representantes del PNV. Su presidente, Andoni Ortuzar, ya había dejado claro por la mañana, en una entrevista en Radio Euskadi, que en esta cuestión «no habrá abstenciones tácticas» y si no se produce el traspaso del Ingreso Mínimo Vital «se va todo al carajo».

CEOE y CC OO piden responsabilidad

Los empresarios mantienen su determinación de que la reforma laboral pactada con los sindicatos y el Gobierno a finales de diciembre pase el trámite del Congreso sin cambiar «una sola coma» del texto acordado en el seno del diálogo social. Conscientes de las dificultades parlamentarias a las que se enfrenta el Ejecutivo para validar el decreto-ley, la patronal insiste en la necesidad de que es momento del compromiso y la responsabilidad de los partidos ante una norma «que da estabilidad a nuestro país», tal y como insiste el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

El líder de los empresarios ha recordado a las fuerzas políticas que «han sido muchos meses de negociación entre empresarios y trabajadores, que son los que tenemos que tirar del carro». Aunque, al mismo tiempo, asume que cada grupo parlamentario «tiene sus razones políticas o legítimas» a la hora de decidir su voto a favor, en contra o abstanción. «Son todas opciones respetables», concede. Distintas fuentes del diálogo social admiten a este diario que existen contactos continuos con los partidos para insistirles en la necesidad de avalar la reforma después de la «dureza» del esfuerzo que requirió el acuerdo del Gobierno, la patronal y los sindicatos de finales de año.

En este sentido se pronunciaba también este jueves Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, al indicar que «tiene que haber una convalidación del decreto» en la Cámara Baja. Lo hizo para instar a que lo hagan los grupos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez: «Pedimos a los partidos de izquierda que piensen más en los problemas de la gente que en las próximas elecciones», afirmó el líder de CC OO.

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