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«Somos perfectamente conscientes de que en cada pueblo no se puede poner una oficina, pero pedimos soluciones que pongan fin a esta sangría. La banca es un ejemplo de la España vaciada. Si quitamos todo al medio rural no podemos pedir que la gente ... se instale en esos lugares».
La parte sindical escenificaba de este modo las secuelas que dejará en las provincias de Castilla y León la decisión de Unicaja de aplicar un nuevo recorte en oficinas y personal.
Unicaja Banco ha informado a los sindicatos que su expediente de regulación de empleo (ERE) en Castilla y León conllevará el cierre de un total de 80 sucursales y despachos. A ese cierre se suma la salida de otros 401 trabajadores.
«En términos generales estamos en un nuevo paso al frente en la pérdida de un servicio básico. En su conjunto se han perdido la mitad de las oficinas y del empleo», se ha remarcado.
En el caso de León, se indice desde UGT será de nuevo «una de las provincias más afectadas» que se hará visible con una pérdida de 14 oficinas y la salida de 118 empleados. «Eso es lo que se ha puesto sobre la mesa y a partir de ahí veremos. Estamos muy preocupados en un tema que nos parece que suma gravedad», ha remarcado.
Unicaja, antes Banco Ceiss, antes Caja España Duero, antes Caja España e inicialmente Caja León, ha perdido desde el inicio de su andadura financiera «el cincuenta por ciento de su plantilla y su estructura».
Así lo ha confirmado el secretario del sector financiero de Castilla y León, José Paulino Esteban, quien ha calificado de «agresivo» el último ERE planteado por Unicaja en León y que afectará a 14 sucursales y 118 empleados.
Para UGT la pérdida de empleo no solo afecta a los trabajadores sino que tiene consecuencias «indirectas» como «servicios de limpieza, vigilancia y mantenimiento».
Todo ello dejando un panorama «desolador paras las zonas rurales, en las que desde luego no hay bizum. Estamos ante un serio problema que incide en la parte laboral, por supuesto, pero también en el desarrollo de las provincias en las áreas menos pobladas».
Desde UGT también se ha recordado que «Castilla y León ha dejado caer su sistema financiero y ahora se pagan las consecuencias. Como anécdota en todo el barrio en el que ubican las Cortes de Castilla y León no hay ni un banco y ni un solo cajero».
La entidad ha abierto el periodo de consultas del ERE, «dirigido a reducir los despidos y atenuar sus consecuencias mediante el recurso a medidas sociales de acompañamiento, como medidas de recolocación o acciones de formación o reciclaje profesional para la mejora de la empleabilidad», pero la representación de la plantilla ya ha calificado la propuesta de «brutal».
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En la distribución por provincias las peor paradas en este recorte de Unicaja son León y Valladolid, por este orden, con 14 oficinas y 118 empleos perdidos en el primero de los casos, y con otras 14 y 97 empleos en Valladolid.
Los números se extienden a otros 13 cierres en Ávila, tres más en Burgos, 12 en Palencia, 10 en la provincia de Salamanca, una en Segovia, 11 en Soria y las 12 en Zamora.
Unicaja Banco ha planteado una propuesta para reducir su plantilla tras el cierre del periodo de consultas en 1.513 empleados, de los que 1.005 pertenecen a la red de oficinas y 508 a servicios centrales.
El ajuste de empleo excluiría a los empleados de entre 50 y 56 años y el criterio preferente de adscripción será la voluntariedad, aunque si no fuera suficiente recurrirá a los despidos forzosos.
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