«Las terapias personalizadas serán más eficaces, menos tóxicas y supondrán un menor coste si afinamos»

Los pacientes lo celebran, los médicos lo saben y los investigadores lo reivindican. Que la ciencia salva vidas no es una frase hecha, es una realidad, y bien lo sabe el doctor Atanasio Pandiella (Pola de Laviana, 1960). Investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, el doctor Pandiella dirige uno de los cuatro grupos principales que específicamente trabajan a diario en aportar luz sobre el cáncer de mama. Compuesto por diez investigadores -ocho mujeres y dos hombres- «muy inteligentes y capaces», el grupo de Pandiella centra su labor en el cáncer de mama HER2, un tipo que se presenta en una de cada cinco mujeres con cáncer de pecho.

Las terapias para tratar este tipo de tumor se centran en la proteína que le da nombre y, aunque la mayoría de mujeres responde bien al tratamiento, hay pacientes que bien desde el principio, bien avanzada la terapia, presentan lo que se conoce coloquialmente como «resistencia al tratamiento antiHER2». Es sobre ese grupo de pacientes en el que focaliza su esfuerzo el grupo, porque «si conseguimos vencer esa resistencia conseguiremos que todas las pacientes con cáncer de mama HER2 tengan un tratamiento eficaz».

Reconoce el doctor, uno de los investigadores en cáncer más reputados a nivel nacional, que la incidencia de este cáncer es importante, con un rango que, a falta de afinar, ronda las 15.000 o 30.000 mujeres. «Una paciente es mucho para nosotros, de la misma manera que, para los que investigamos el cáncer de mama, es su día mundial todos los días porque es algo que nos preocupa a diario».

Conocemos al doctor Pandiella en la sede de Almom, que ha visitado pocos días antes de la celebración de la Carrera de la Mujer. Desde hace años, gran parte del dinero recaudado en la cita que cada mes de octubre tiñe la ciudad de León de rosa se destina al laboratorio del asturiano, que ha recibido más de 220.000 euros donados por la sociedad leonesa para que continúe la investigación. Aunque reconoce el doctor que la ayuda económica es importante, destaca que, lo que realmente impulsa a los investigadores, es saber que toda una ciudad está detrás, empujando su trabajo. «Cuando una paciente con cáncer de mama nos dice: 'Doctor, siga investigando porque esto tenemos que detenerlo, no quiero que mis hijas pasen por el calvario que yo he pasado', eso para nosotros es mayor estímulo que el económico», afirma.

Y para continuar con la investigación la detección precoz sigue siendo fundamental. Localizar y tratar los tumores desde su primera aparición es una de las principales bazas del éxito del tratamiento. Aunque no aplica a todos los tumores ya que hay algunos pequeños que «tienen capacidad de diseminarse rápidamente», en líneas generales «cuanto más pequeño es el tumor y más localizado está, más posibilidades hay de curar la enfermedad». Porque «si se localiza y se extirpa quirúrgicamente siempre y cuando no se haya diseminado y esté confinado en la mama, el tumor se cura». Pide por lo tanto a todos, hombres y mujeres, acudir a las revisiones y palparse de forma periódica el pecho. «Si encontramos alguna dureza como una lenteja o un garbancito en medio de un saco de arena, debemos acudir a la consulta médica, donde nos dirán si eso es un quiste, que en la mayoría de ocasiones esos bultos son lesiones benignas, o hay que analizarlo para quedarnos más tranquilas», explica el doctor.

¿Por dónde pasa el futuro del tratamiento del cáncer? Pandiella tiene claro que «no hay enfermedades, sino enfermos», y la clave está en el tratamiento personalizado de cada paciente. Al analizar los tumores molecularmente y conocer su material genético, los investigadores han sido capaces de concluir que cada tumor presenta unas singularidades únicas. «Eso significa que deberíamos diseñar estrategias de medicina personalizada en base a las alteraciones moleculares que tenga cada tumor», sigue el doctor, que cree que el futuro al que ya se dirige la medicina «se basará en terapias personalizadas que van a ser más eficaces, menos tóxicas y que van a suponer un menor coste a la seguridad social, porque si afinamos bien el tratamiento, tendremos un repercusión socioeconómica favorable».

Además de su cercanía a Almom, el vínculo de Pandiella con León se entrelaza con una de las leonesas más internacionales. Sara García Alonso, astronauta de la ESA, trabajó en el laboratorio salmantino cinco años, y Pandiella fue su director de tesis. De ella guarda un gran recuerdo, y la define como una de las investigadoras «más capaces y prometedoras» con las que ha tenido la suerte de compartir laboratorio. Recuerda que días antes de conocer la noticia de su admisión como astronauta reserva, la biotecnóloga le habló de sus planes. «Yo le dije que estaría muy contento de que fuera seleccionada como aspirante a astronauta, pero que por otro lado me decepcionaría si no seguía en investigación contra el cáncer porque es una persona muy inteligente», rememora el investigador, que celebra que de una forma u otra la leonesa continúe vinculada a la investigación y a la divulgación científica.

Ya inscrito a la carrera que se celebrará en León capital el domingo 27 de octubre para recaudar fondos para la investigación, el doctor acompañará a pacientes, familiares y amigos en una marcha que se ha convertido ya en un movimiento social de la mano de Almom para seguir investigando el cáncer de mama.

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