El teléfono de ayuda psicológica frente a la covid del Ayuntamiento de León atiende a 91 personas desde octubre

Las llamadas han pasado de presentar preguntas sobre síntomas, funcionamiento del programa o cómo orientar a familiares o amigos reticentes a pedir ayuda a «conversaciones mucho más largas en las que se ha pasado de preguntar 'qué me pasa' a decir 'no aguanto más'», explica Alvado, que alerta de que «cada vez se observan circunstancias más graves y cronificadas por el desgaste y el estrés acumulado los meses de pandemia».

El perfil de los pacientes es de lo más variado, y oscila entre los 17 y los 84 años. Los más jóvenes se muestran especialmente preocupados por la interrupción de su vida social como conocían hasta ahora, y presentan cuadros de aburrimiento y hastío ante la situación. Por su parte, la gente más mayor que solicita ayuda se encuentra en «una situación de mucha vulnerabilidad porque se sienten muy solos en una circunstancia que es muy complicada».

La realidad es que, aunque se trate de perfiles diferentes, el principal problema es común: el estrés. «El estrés son los ladrillos que construyen los trastornos de ansiedad. Se va acumulando y esos ladrillos pueden acabar construyendo paredes que derivan en trastornos de ansiedad», explica la psicóloga, que asegura que nuestro sistema nervioso está soportando una cantidad de estrés muy por encima de la media de lo que soportaría en un año normal. Solo en enero 29 personas han solicitado este servicio, probablemente consecuencia de unas navidades lejos de la familia, la llegada de la tercera ola y el hecho de no ver el fin de la pandemia.

Durante estos meses han sido varios los pacientes con cuadros graves que han tenido que ser derivados al programa de atención integral para las secuelas por covid del Hospital de León, con el que mantienen una comunicación constante desde el servicio del Ayuntamiento. No han sido pocos los casos de personas de otros lugares como Madrid, Zamora o Asturias que han llamado porque «han recibido el número porque se lo pasa la gente por redes sociales y los tenemos que redirigir a programas similares en sus zonas, porque nosotros solo atendemos a empadronados en León».

Aunque hacer predicciones sobre los efectos que la pandemia puede tener a nivel psicológico en el futuro es aventurado dada «la poca inversión en investigación y lo complicado que es el estudio de esta ciencia», Alvado señala que ya hay universidades que comienzan a analizar las consecuencias. Lo que sí parece claro es que se producirá «un retroceso en las habilidades sociales por la falta de práctica y sistemas nerviosos más vulnerables por el estrés y con propensión a sufrir otro tipo de trastornos». Sin embargo, Sara Alvado pone el foco en el «lado positivo de la pandemia», y se despide recordando que «el ser humano se adapta a todo, tiene una resiliencia increíble y de esto también saldrá».