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«Mira, yo recuerdo que antes de la pandemia no llegaba a casa antes de las diez de la noche ningún día, siempre había algo que hacer hasta las nueve y pico. Ahora a las siete y media recojo y ya me duele todo ... de estar tanto tiempo sentado». Quien firma estas palabras es Juan Fernández, presidente de Tarevel, la asociación leonesa de los talleres mecánicos.
El gremio es sin duda uno de los más tocados tras las restricciones de movilidad impuestas en estos tiempos de pandemia. Sin la posibilidad de salir más allá de la provincia, el vehículo personal suele quedarse aparcado. Lejos de los focos en esta gran crisis sanitaria, los talleres también reclaman una reflexión sobre su realidad. «Estamos ahogados, tenemos entre un 40 un 60 por ciento menos de trabajo que antes», explica el presidente, que pone el ejemplo para evidenciar la realidad: «Tú ahora ves que hay mucho menos tráfico por las calles y es lógico, porque si no te puedes mover no sacas el coche».
El día a día se centra en estos tiempos en algún cambio de aceite y de ruedas, con averías puntuales. «Lo habitual era llevar al coche a revisión cada seis meses, pero ahora esa media se alarga hasta el año; estamos notando mucho la situación», lamenta Juan Fernández.
La culpa en esta ocasión no mira a las administraciones. «Es cuestión de todos, hasta que no vuelva a haber movimiento, que la gente compre como antes, no volveremos al ritmo habitual», entiende el presidente, que asegura que «ahora mismo no hay solución más allá de que todo esto se termine, que pase y que se nos quite el miedo del cuerpo».
Desde la Asociación calculan que cerca de 300 talleres operan en toda la provincia de León, de los que 125 están dentro de Tarevel, el colectivo profesional perteneciente a Fele.
Tal es la situación que, enlanzando con la frase con la que comenzaba este texto, en el taller de Juan ya no hace falta cita previa. «Atendemos al que llega sin problema y no se acumula el trabajo, el cliente puede dejar aquí el vehículo e irse a otras cosas porque rara vez hay saturación», concluye el presidente de Tarevel.
Los talleres encaran una doble crisis: la eminentemente sanitaria, que les restó un 46% de ingresos en los cinco primeros meses del año pues a la ausencia de movilidad por el confinamiento hubo que añadir el cierre mayoritario de los talleres a pesar de ser considerados actividad esencial.
Y una segunda crisis de carácter socioeconómico, cuyos efectos se han dejado sentir en el segundo semestre del año. En ello tendrá mucho que ver la reducción de la movilidad por la normalización del teletrabajo y, en general, por el desempleo y los ERTEs que mermarán el poder adquisitivo de los españoles y también la utilización del coche.
Esta caída en el kilometraje de los vehículos, con un descenso de más del 15% según datos de Solera recogidos por Euromaster, afectará inevitablemente a los siniestros, pues implica menos probabilidades de que se registre uno, por lo que se espera en la parte de carrocería una recuperación más lenta y progresiva.
Sin embargo, las operaciones de mantenimiento y neumáticos aguantarán, si bien se verán afectadas por el contexto de crisis en el que los conductores se limitarán a hacer las operaciones indispensables para que su vehículo circule, máxime cuando el parque supera los 12 años de antigüedad y las visitas al taller de un 'coche viejo' se espacian más en el tiempo.
Mejores perspectivas a corto plazo tienen las operaciones de mecánica asociadas al desgaste, debido a las operaciones y a las ITV pospuestas en primavera, y que ahora se están llevando a cabo, aprovechando tanto la campaña de verano, como la prórroga en el plazo de la inspección.
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