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Sabían que la única opción que tenían era luchar, que su protesta tenía que llegar hasta las últimas consecuencias. Movidos por el motor de la verdad así como por la unión de todos los trabajadores y el apoyo de sus familias los más de 1. ... 000 trabajadores de Sintel (250 de León) protagonizaron una de las mayores luchas obreras que ahora cumple 22 años.
Son los empleados de Sintel, antigua filial de Telefónica que quebró en 2001 y víctima de uno de los mayores chanchullos publico-privados de la historia de la democracia española. Ellos se convirtieron en el símbolo de la lucha obrera. Una lucha en la que León tuvo mucho que decir con 250 empleados de la provincia que llevaron su protesta a la calle, viajaron a Madrid para vivir en el «Campamento de la Esperanza» el cual durante seis meses se apostó en la Castellana, frente al Ministerio de Economía, mientras sus familias exigían lo que era suyo concentrándose frente a Botines.
«Al principio no sabíamos cuál iba a ser el resultado de la protesta, pero estábamos seguros de la victoria porque teníamos razón, la hemos sabido exponer y la hemos defendido (…) Nos convertimos en un movimiento social y laboral sin precedentes», señalaba en un periódico de la época Hernán Hijosa, representante de los trabajadores leoneses.
Sintel era una filial de Telefónica especializada en la instalación de líneas y redes de cables. Fue vendida en 1996 al grupo estadounidense MasTec Incorporated, propiedad de la familia Mas Canosa.
A partir de entonces, según la acusación, los nuevos propietarios iniciaron un proceso de vaciamiento patrimonial que la llevó a la quiebra de la empresa en 2001 con un déficit de 59,3 millones de euros, lo que dejó a 1.788 acreedores pendientes de cobro y a 1.828 trabajadores en el paro.
En marzo de 2001 la Fiscalía Anticorrupción abrió diligencias para estudiar la venta fraudulenta y el saqueo de la compañía Un día antes, la Dirección General de Trabajo había aprobado el despido de 1.201 trabajadores y abrió expediente de despido para casi el resto de la plantilla.
Una batalla que se cerró el pasado junio con el acuerdo por el que la familia Mas Canosa, propietaria de esta filial de Telefónica quebrada en 2001, abonará 35 millones de euros a sus extrabajadores y acreedores, evitando así el juicio que había fijado por la Audiencia Nacional para el 20 de ese mes.
Para conseguirlo, fue determinante la actuación de la sección segunda de la sala de lo penal, que en abril acordó la exclusión del procedimiento de los órganos de la quiebra de Sintel: la Agencia Tributaria, la Seguridad Social, el Fogasa y Telefónica.
El llamado «Campamento de la Esperanza» se desmanteló tras llegar a un acuerdo con las autoridades laborales. Dicho acuerdo aseguraba el pago de las nóminas atrasadas, un plan de prejubilación para mayores de 55 años y la reubicación del resto de la plantilla en empresas del sector. Sin embargo, las promesas se quedaron en papel mojado y los trabajadores siguieron manifestándose hasta que ya en 2013 Telefónica les pagó las indemnizaciones que les correspondían. Tuvieron que esperar ni más ni menos que 17 años para dar por terminada su lucha.
Hernán Hijosa es una de las caras y voces más reconocidas de esta lucha en León. Su narrativa es la historia de Sintel y recuerda que fueron vendidos «a la mafia cubana» y que debieron buscar recovecos en las leyes, negociaciones en cuartos oscuros y sentarse con algún presidente del gobierno «a escondidas de los sindicatos» que finalmente les dieron la espalda.
Pero Hijosa también recuerda que todos los empleados, unos 1.800, cobraron, que la lucha tuvo fruto y que ahora que les llega la edad de jubilación lo hacen con la base de cotización correspondiente en cada categoría.
Sintel en Leonoticias
Aunque hubo numerosas movilizaciones, el centro de la misma fue ese «Campamento de la Esperanza» que resistió seis meses en Madrid y en el que también estuvieron los empleados leoneses. Una organización de una pequeña ciudad con su propio huerto, talleres, actividades y organización como para resistir el tiempo necesario para que les escucharan.
Un tipo de lucha que prendió llama no solo en toda la sociedad, sino también en la futura como es el caso de Silvia de la Varga, hija de uno de los trabajadores de Sintel y que recuerda como todas las mañanas los «acampados» bajaban por La Castellana escoltados por la policía para continuar su protesta así como la unión familiar, con concentraciones en León pero también «el encierro de las mujeres en la Catedral de la Almudena», señala mientras recorre los recortes de periódicos que ella misma elaboró siendo una adolescente pero aprendiendo a luchar por sus derechos.
La resistencia y el compañerismo fueron claves para la resolución de este conflicto que se prolongo durante doce años. «Todos los esfuerzos merecieron la pena, muchos quedaron por el camino pero no dudamos en seguir moviéndonos de manera pacífica para conseguir lo que era nuestro», explica Hijosa. «Todos los trabajadores sin excepción percibieron los salarios que nos dejaron a deber, la indemnización legal y otra por daños morales, además del plan de pensiones que nos adeudaban», señala el representante quien apunta que fueron años de penurias y de no dejarse vencer.
«Cada vez estoy más convencido de que se puede hacer frente al sistema. Aunque no hubiéramos sacado nada, habríamos ganado la batalla de la dignidad. Sólo defendíamos nuestro derecho al trabajo y al salario, y esa simpleza hizo que despertáramos muchas simpatías», explica Hijosa.
León acogerá los días 24, 25 y 26 de enero las jornadas conmemorativas del XXII aniversario de la movilización de Sintel
La citada conmemoración tendrá por escenario el Salón de Actos del Ayuntamiento de Ordoño II, con entrada por Alfonso V, tal y como ha anunciado este jueves la concejal de Mayores, Lourdes González, acompañada por los organizadores de esta iniciativa: Hernán Hijosa, portavoz de la Asociación de Trabajadores de Sintel en Castilla y León, y Manuel Colinas, portavoz de la Coordinadora de pensionistas de León.
Las jornadas arrancan el martes, 24 de enero, con la proyección del documental 'El Interregno', dirigido y presentado por Francisco J. González y que, según sus organizadores, recoge la «verdadera trama política, empresarial y sindical del caso Sintel». Las actividades continúan el miércoles, 25 de enero, con una mesa de debate en la que se analizarán las luchas obreras de ayer y de hoy en León, casusas y efectos de la desmovilización.
León acogerá los días 24, 25 y 26 de enero las jornadas conmemorativas del XXII aniversario de la movilización de Sintel
Por último, el jueves, 26 de enero, se clausuran estas jornadas con una charla coloquio sobre el sistema público de pensiones visto desde la experiencia de Sintel en la que participarán Hernán Hijosa y Manuel Colinas.
Lucha obrera, causas y consecuencias pero también las razones de la actual desmovilización y la relación de estas protestas con la reivindicación pensionista son asuntos que se van a tratar esta semana durante la celebración de las jornadas conmemorativas del XXII aniversario de la movilización laboral por antonomasia.
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