Rubén, el acusado por el crimen en el barrio de San Esteban, no es un desconocido para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en León. Policía Local y Nacional le tienen en sus fichas, en unos casos por pequeños delitos relacionados con el menudeo ... de droga, en otros por incidentes de tipo familiar.
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Apenas cuenta con 30 años, con su pelo con cresta como seña de identidad, este hombre es el principal sospechoso de apuñalar hasta la muerte a su madre en la noche de Nochebuena o en la comida de Navidad, una duda temporal que aún se encuentra pendiente de ser resuelta.
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Cuando el pasado lunes los vecinos alertaron a la Policía Local de la ausencia de la víctima durante dos días por los rellanos y las inmediaciones del inmueble la denuncia ya apuntaba a una situación comprometida. «Los vecinos siempre pensamos que algo grave había pasado», llegaron a asegurar.
Así se lo trasladaron a los dos agentes de la Policía Local que el día 26 a las 16:50 horas se presentaron en el número 12 de la calle Pedro de Dios. Nadie respondía en el interior de la vivienda en el segundo piso y se apreciaban algunos pequeños restos de sangre.
El crimen de San Esteban
Fue precisamente esa circunstancia la que propició que los agentes optaran por entrar en la vivienda ante el riesgo de que algo grave hubiera podido suceder. Y allí, una escena «dantesca». En el suelo, la madre de Rubén estaba envuelta por un charco de sangre, con puñaladas visibles en la espalda y el cuello. El cuerpo estaba tendido y la cabeza se mostraba en el interior de un cubo aparentemente de madera.
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Precintaron el piso hasta la llegada de la Policía Judicial y prohibieron el acceso a cualquier persona al lugar, incluso a otros compañeros de Policía Nacional que acudieron al requerimiento. Todo, con el fin de preservar el lugar de cualquier posible contaminación.
Fue entonces cuando los vecinos advirtieron que, «con toda seguridad», el culpable del crimen podría ser su propio hijo, un «joven» violento, inestable, con problemas con las drogas e intervenciones en el área de psiquiatría del Hospital de León.
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De ahí que la Policía Nacional, quien asumió la investigación del caso tras la intervención inicial, estableciera un peinado en la ciudad para localizar a Rubén, además de vigilancia estática en su domicilio en el número 11 de la calle Pedro Ponce de León (a apenas 300 metros de la vivienda de su madre).
El sospechoso acabó siendo detenido, si bien negó de forma reiterada su implicación en el caso. «Le va a dar igual porque los indicios son concluyentes», se ha remarcado desde fuentes policiales. El registro de este miércoles de la vivienda pudo ser determinante a la hora de recabar pruebas.
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La investigación sostiene que Rubén mató a su madre en el transcurso de una de sus «habituales» riñas. Puede, aseguran, que le exigiera dinero como en otras ocasiones y ella no se lo diera o que, simplemente, al hijo «se le fuera de las manos» la situación.
Ahora, con los plazos de detención agotados, la Policía Nacional ha dado traslado del detenido al titular del Juzgado. Y allí, vistas las pruebas, se ha ordenado su ingreso en prisión comunicada y sin fianza.
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