Los propietarios del antiguo Luisón defienden la «legalidad del proyecto» y la vía libre de Patrimonio

El proyecto fue la compra del antiguo restaurante Luisón que «llevaba más de 15 años a la venta cuando nosotros lo adquirimos». Pero ahora ven tambalear ese futuro en su tierra.

María Fernández, arquitecta de profesión, remarca que «el informe arqueológico, supervisado por Patrimonio, avala que la construcción del proyecto no presenta ningún inconveniente de índole arqueológico ni patrimonial para su ejecución». Durante dos años, el trabajo incansable de esta pareja por llevar a cabo su proyecto de apartamentos turísticos en la zona de Puerta Obispo en la capital leonesa esto en silencio. Pero en las últimas semanas este trabajo realizado se ha puesto en peligro.

Una propuesta en Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de León, que ha sido llevada a Pleno, pide el cambio del Plan de Ordenación Urbana de la capital para llevar a cabo la expropiación de las fincas situadas a lo largo de la muralla en la plaza de Puerta Obispo y la calle Serradores. La idea del plenario leonés es recuperar esta zona de la misma manera que se ha hecho en la avenida de Los Cubos y la calle Carreras. En estos momentos, la Cédula Urbanística expedida por el ayuntamiento de León por Decreto del Concejal de Desarrollo Urbano de 17 de febrero de 2023 acredita la clasificación de la parcela como suelo urbano consolidado y calificado como uso principal residencial.

En relación a esta propuesta, María Fernández explica a este medio que «nuestro proyecto no se adosa a la muralla, todo lo contrario» e insiste en que «se han eliminado las construcciones espurias, retranqueándose la edificación una distancia de cinco metros, y asegurando la conservación y protección del patrimonio». En este sentido, el informe técnico arqueológico de octubre de 2023 coordinado y supervisado por la Comisión Territorial de Patrimonio señala: «Según los resultados obtenidos en la supervisión arqueológica, entendemos que no existe inconveniente de índole arqueológico ni patrimonial para la edificación conforme al proyecto de construcción».

María Fernández, una de las promotonas del proyecto, explica que no se puede comparar esta zona de la muralla con otras actuaciones en diferentes puntos de la ciudad «sin realizar un análisis del entorno». La arquitecta explica que «en la ciudad de León conservamos una gran extensión de muralla tardorromana que puede contemplarse en su composición primitiva», pero insiste en que «el tramo de muralla que se inicia desde nuestro patio -del antiguo restaurante Luisón- se encuentra adulterado y desfigurado».

Todo ello responde a las «modificaciones y añadidos que se han realizado en el mismo a lo largo de su historia», un hecho que «ha anulado su estructura y características reconocibles y la capacidad de comprensión del monumento original».

La joven explica que con este proyecto pretenden revitalizar esta zona de la capital leonesa y mantiene que «la lucha contra la despoblación y envejecimiento de los centros históricos no se gana con la monumentalidad, convirtiéndolos en decorados teatrales, sino garantizando su habitabilidad».

La pareja explica que esta zona de la ciudad tiene «su propia historia e identidad, con viviendas consolidadas, negocios, comercios, albergues y centros sociales» y lamentan que «si se aísla el lugar, debido a la sensibilidad urbanística de la zona, en vez de crear espacios libres para los ciudadanos, lo que se puede conseguir es todo lo contrario, que se generen espacios residuales».

El proyecto arquitectónico para el nuevo negocio está aprobado y supervisado por Patrimonio y lucha por poner en valor esa parte de la muralla integrándola en su propio establecimiento y a su vez revitalizar la plaza con un nuevo proyecto económico para la ciudad. «Nosotros creemos en el proyecto de barrio, contamos con una sólida defensa y si es necesario lucharemos legalmente todo el tiempo que proceda, pidiendo disculpas por el aspecto que pudiera generar la obra incompleta durante años a la imagen de León», mantienen.

La obra, que comenzó con una vuelta a casa y un proyecto ilusionante, ha quedado con un edificio derruido cubierto con unas verjas de protección y sin que nadie avance en ella.