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Imagen de la muralla en la calle Serradores. Sandra Santos
Plan de recuperación de la muralla de León

Habla la calle Serradores: «No es justo que se planteen expropiaciones y se den nuevas licencias»

El debate generado por el plan de recuperación de la muralla ha enfrentado ideas que defienden el patrimonio histórico y otras que empatizan con negocios y viviendas que dan vida a la calle Serradores

Domingo, 28 de enero 2024

El primer paso político para desarrollar el plan de recuperación de la muralla en la calle Serradores ha generado un aluvión de opiniones. Negocios con años de historia, vecinos que forman parte de la vida de esas calles y una imagen que muchos «no consideran ... necesaria» para poner en valor la memoria de la ciudad.

«La muralla siempre se ha visto», explica una de las vecinas de un barrio cercano a la calle Serradores. «No creo que tirar y derribar las casas y negocios que la cubren dé más historia a lo que fue León», añade la viandante tras recordar que la ciudad «ya tiene una gran memoria histórica, lo que hace falta es que la gente la conozca». La situación ha generado un conflicto entre quienes prefieren liberar la zona para recuperar la vista completa de la muralla y los que comprenden el sacrificio y esfuerzo que conlleva realizar una inversión en un local y que este pueda ser expropiado.

El caso de Salvador Aller es uno de los ejemplos más destacados. Llegó al barrio hace cinco años, instaló su negocio y recuerda unos inicios «duros» donde «conseguir una plantilla de clientes» no fue una labor fácil. «Marcharme de aquí me supondría un trastorno grave en mi vida», asegura Aller tras confesar que a su edad no es «nada fácil» comenzar un negocio desde cero y conseguir que su local recupere su ritmo de trabajo habitual como en el lugar en el que se encuentra.

Inversiones laborales

Otro de los casos es el de María Sol Pascual, gerente de la Mercería Amai. Pascual lleva nueve años trabajando en su negocio «a pesar de que la peor parte se la llevan los propietarios del local, a nosotros también nos repercute porque ya conoces a tu clientela y te has dado a conocer en el barrio», asegura la mujer.

El estudio técnico solicitado para declarar la expropiación forzosa del solar de Casa Luisón no es lo único que confunde a los vecinos ya que «no pueden pensar en quitarnos nuestras viviendas y locales y a la vez conceder licencias para que se pueda edificar», indica Pascual. La gerente de la mercería asegura que durante este tiempo «se ha permitido» levantarlo y «crear un proyecto por gente que ha invertido».

Una decisión «que no entienden». Doce años en una plaza, en la que no solo ha conseguido consolidar un negocio, sino que ha podido conocer a sus clientes y saber que los «miércoles y viernes el local se llena». «En este momento sí me perjudica y me vendría de sorpresa», indica Pascual que ha explicado que vería «más razonable» la expropiación que no la vía de «edificación» que se está planteando en este momento.

Debate social

Otra de las viandantes que ocupaba en ese momento la calle Serradores ha confesado a este medio que las vistas a la muralla «es algo que me encanta». A lo que suma también que «se deberían mantener las dos cosas porque hay negocios que forman también parte de la historia de la ciudad».

Daniel Nistal, uno de los propietarios de un establecimiento en esa misma calle, confiesa que «se tendrían que hacer los apartamentos turísticos porque se concedieron las licencias», explica el leonés. Su local especializado en puertas, armarios y tarimas no correría el peligro de ser expropiado, pero Nistal intenta ponerse en el lugar de estos. «No considero que si un chaval invierte en una propiedad y tiene un sueño de repente se lo quiten», asegura el propietario.

Una expropiación que considera «no sumará gran valor» a la ciudad y tampoco creará un aumento notable del «turismo» porque, según recalca, «la muralla ya se ve». «Creo que se debería llegar a una acuerdo con los propietarios antes de obligarlos a dejar sus casas y negocios por una decisión en la que no han colaborado», asegura Nistal.

Negocios que forman parte de la historia

Josefina Álvarez, que ya lleva siete años en La Pulchra Leonina, confiesa estar a favor de que la muralla quede libre pero indica que «las gestiones no deben hacerse así». «Me parece muy bien que la muralla quede al descubierto», indica mientras destaca que «quitarles la ilusión a unos chicos que llevan años con un proyecto no me parece justo». Un cambio de opinión que «se lo tenían que haber pensado antes».

El esfuerzo de quien llega, de quien forma su clientela, conoce el barrio y es «obligado a irse». «Nos ha costado mucho trabajo sacarlo arriba porque la zona estaba muerta», explica la hostelera mientras confiesa que «no es justo».

Una solución que Álvarez tiene clara. «No se trata de expropiar. Se trata de esperar a que los locales se vayan vaciando y las viviendas se desocupen», remarca la mujer que asume que sus opiniones «van a contar muy poco» y por lo tanto «solo queda esperar».

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