El plan del Camino de Santiago en León elimina aparcamiento en cinco zonas

El Ayuntamiento de León ya dispone de una hoja de ruta con la que poner el valor el tramo del Camino de Santiago que discurre por el municipio, desde Puente Castro hasta San Marcos. El documento que recoge la línea a seguir contempla de forma exhaustiva el trato al peregrino a lo largo del recorrido que le conecta con el casco histórico y que le da salida hacia Galicia.

El Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico del Camino de Santiago en León, redactado por la entidad 'Omicron Amepro SA' recoge intervenciones en base a oportunidades, propuestas vinculadas e iniciativas generales para los 5,6 kilómetros lineales que la Ruta Jacobea tiene en la ciudad, en una superficie de casi 900.000 metros cuadrados.

El informe recoge una decena de zonas de actuación y valora en 3,5 millones de euros la cuantía necesaria para abordar un proyecto que mejore la imagen que los peregrinos se llevan de la capital leonesa, todo ello con cargo al presupuesto municipal, en el apartado de inversiones, hasta el año 2029.

Se trata de una memoria vinculante que se ajusta a las «particularidades» detectadas en el ámbito y entorno del conjunto histórico y a la normativa vigente. Aúna aspectos urbanísticos y culturales y se focaliza en la protección del trazado, de su medio ambiente y de su paisaje y patrimonio cultural. El objetivo es la puesta en valor de todos los elementos y establecer medidas para garantizar el desarrollo urbano, social y económico, la protección del patrimonio y la mejora estética de la ciudad.

El documento establece intervenciones en diez zonas donde detecta deficiencias en la ruta y propone una serie de intervenciones que mejoren la imagen que se lleva el peregrino de la ciudad.

Entre las principales medidas se encuentra la humanización de este paso con la instalación de zonas verdes y arbolado o el ensanche de aceras. Todo ello implicaría la eliminación de zonas de aparcamientos en cinco calles de León: tramo norte de Alcalde Miguel Castaño -entre Fernández Ladreda y Santa Ana-, la calle Barahona, la plaza de San Francisco, la calle Renueva y Suero de Quiñones. Para amortiguar la pérdida de zona de estacionamiento se contempla la compensación con una dotación cercana a los lugares en los que se eliminan estas plazas.

Desglosando las actuaciones que prevé el plan especial nos encontramos con una primera intervención en la zona alta, antes de acceder al tramado urbano, donde se instalaría un mirador que permita la exposición de la ciudad al caminante con una visión panorámica. También plantea utilizar el crucero de Puente Castro como área de descanso o refrigerio tras la etapa anterior.

Para la avenida de Madrid se presenta una urbanización que define en la actualidad como «muy deficiente» en un entorno con problemas de seguridad y accesibilidad. Se quieren evitar los saltos en aceras y los pasos bajos estrechos, además de establecer una mediana que humanice y el cambio de acera para hacer coincidir el Camino de Santigo con la parte más ancha y la iglesia de San Pedro.

En el puente de Puente Castro se quiere recuperar su uso peatonal de forma que los peregrinos no tengan que dar rodeos por zonas aledañas. Se trata de un monumento de gran interés arquitectónico -construido en 1778- y se considera que la conexión de la barriada con el resto de León se produzca por la avenida de La Lastra.

Para el primer tramo de Alcalde Miguel Castaño, hasta Santa Ana, se abre la puerta a eliminar una franja de aparcamientos en línea de la margen derecha para aumentar la acera. A ello suman el lado izquierdo que cuenta con cruces en diagonal que obligan a pasos excesivamente largos por la calzada, que son objeto de revisión. También se incluyen una línea de arbolado y vegetación.

El informe lo tilda como «el punto más desafiante» por la descaracterización de la ruta que aquí se presenta. Por ello se plantea la mejora de la experiencia al caminante y ofrecer a los usuarios una zona de espacio libre que pueda servir de esparcimiento, a la par que se conserven las condiciones de un tráfico de densidad alta que absorbe este nudo de comunicaciones.

Para esta plaza se recomienda el desvío de la fuente hacia la zona sur y derivar todo el tráfico al norte, lo que daría continuidad al eje entre la avenida Europa y Alcalde Miguel Castaño; en el lado opuesto se deslizaría la plaza central que actualmente no tiene acceso peatonal. Esto reforzaría el paso y ampliaría su superficie.

Sin embargo, esta intervención queda suspendida al tratarse de un área de suelo urbano consolidado delimitada que requiere de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de León, por lo que no se podría desarrollar hasta que se ejecutara ese paso previo.

Se propone la reforma de la urbanización en la calle Barahona para una transformación de la sección de la vía y su semipeatonalización. En ella quedaría un carril rodado al que añadir un ciclo-carril a costa de sacrificar uno de los aparcamientos en línea de los existentes, e incorporar una línea de arbolado como hilo conductor del recorrido.

La intervención en la plaza San Francisco es una de las más completas que se contemplan. Para evitar el rodeo que supone este paso al acceder desde Alcalde Miguel Castaño se plantea una afectación sobre el eje y eliminar las ocupaciones actuales de la gasolinera, el aparcamiento y los contenedores en superficie. No necesita una modificación del PGOU al tratarse de elementos sobrevenidos a su ordenación.

Y por último entra a valorar la mejora de las circulaciones de las calles Renueva y Suero de Quiñones para las que propone un cambio de sentido en la dirección. También entra a valorar la apertura del sector de la urbanización del entorno de Feve que liberaría la zona. En estas vías recomienda implementar un carril bici para peregrinos ciclistas y ampliar las aceras, para lo que habría que eliminar una sección de aparcamientos en ambas vías.

El plan también ha detectado los problemas con la señalética a lo largo de todo el trazado del Camino de Santiago en la ciudad de León. Muchas de ellas se tildan como «poco comprensibles» y marcando rutas erróneas que no se ajustan al trazado original. Por ello se apremia a que haya «mayor claridad, calidad y homogeneidad» en la misma.

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