Cómo han cambiado las calles León en los últimos 130 años

Antes de avanzar hacia la calle de Bermudo III, rey de León y último rey de la dinastía Astur-Leonesa, es necesario que nos detengamos en un punto determinante de la historia de León. Es el momento de mostras uno de los mapas con el que tantas veces se han ilustrado los artículos de esta sección, el confeccionado por Pérez Rojas y Ruíz Salazar en 1889 sobre la ciudad de León.

Analizando las leyendas adscritas a los márgenes del documento, me gustaría pasear virtualmente por esas calles tan importantes en la época, que parecen ocupar un rincón especial en el entramado urbanístico de los delineantes.

En concreto, hay que resaltar la expansión a la que se ha viso suscrita nuestra bella ciudad, que en el siglo XIX gozaba de un gran esplendor, pero que queda pequeña en comparación a esta gran urbe en la que ahora habitamos. La superposición de las dos fotografías nos ofrece una visión maravillosa, pudiendo comprobar cómo el progreso, durante el siglo XX, incitó a León a expandirse, tanto vertical, como horizontalmente.

Para comenzar, analizando la cartografía demográfica, nos hacen ver los ilustres creadores del mapa de 1889 los datos poblacionales que vierten sobre el conjunto una maravilla estadística que podemos equiparar a la de nuestros días.

Por ejemplo, realizan el recuento de casas para obtener un total de 1537, 112 de piso bajo, 17 de dos pisos y 1408 de tres plantas o más. ¿Se imaginan realizar ahora el recuento, cuando en el área metropolitana existen barrios como los del Ejido, la Palomera, o La Granja, encontrando solo en estos varias manzanas repletas de pequeños adosados que multiplicarían el número de casas bajas hasta alcanzar el millar en cuestión del conteo de unos pocos barrios?

Se sorprenderán entonces cuando les diga que en 1889, el número de varones en la ciudad de León alcanzaba los 6039 y el de hembras el de 6842. En total, la población que ocupaba la ciudad era de 12881. Eso significa que en los últimos ciento veinte años, León ha multiplicado sus habitantes por diez, llegando a tener en este momento alrededor de 121.000.

Este dato ya lo hemos conocido en otras ocasiones, pero me parece digno de ser citado en este momento, acudiendo al centro de la avenida de Papalaguinda para toparnos con la Estatua de Guzmán el bueno, cuando este debería encontrarse en la glorieta que se dispone entre Paseo de la Condesa y Papalguinda y no en el centro de esta última. La Estatua no fue colocada hasta una década más tarde, por lo que pudo inducir a error la planificación de los escultores o cualquier otro dato sobre su disposición.

También nos topamos en la imagen con la vasta zona ajardinada y huertas de Juan de Badajoz y la calle de Santo Martino, que hoy en día sería conocida como la calle Marqués de San Isidro y que albergaría —aún visibles en el mapa— las ruinas del Monasterio de San Claudio. Hoy, se yerguen sobre sus restos cientos de edificios, y como vestigio de este hecho, se nombró al homónimo barrio de tal forma, comprendiendo su extensión desde el Parque de San Francisco y Antonio Balbuena hasta la Plaza de Toros de León.

En este mapa, resaltan seis calles con una nomenclatura típica del santoral, cuyo odónimo recae sobre figuras conocidas tanto en la época como hoy en día. Son claros ejemplos de la influencia de estos santos en nuestra vida que ocupan un lugar importante en el callejero de León.

San Marcelo, mártir del campamento de la Legio VII, quien fuera también marido de Santa Nonia, con la que llegaría a tener doce hijos. Uno de ellos, por supuesto, el ya conocido como San Claudio, que da nombre al Monasterio antes citado.

Santo Martino fue canónigo de San Isidoro; intervino en la proyección de varias alas del complejo de la Real Colegiata y dedicó su vida a loar la figura de San Isidoro de Sevilla. Hoy varias arterias y plazas están supeditadas a la existencia y la influencia de este Santo.

La estatua de Guzmán, en su glorieta homónima, lo dice todo: si no te gusta León, por ahí se va a la estación. Este hombre valeroso fue Capitán General de la Frontera de Granada y defendió la plaza con su vida y, lamentablemente, con la de su hijo. Hoy está presente en nuestro callejero y en nuestra historia, siendo su legado perenne y su leyenda eterna.

Otros muchos personajes de la historia han moldeado el antiguo mapa de León, como lo son el militar Suero de Quiñones, el artista Juan de Arfe y Villafañe, Bernardino de Rebolledo o el arzobispo y escritor Francisco Antonio de Lorenzana. Nos gustaría, como colofón a este artículo, poner la guinda con la breve actualización de este callejero, incluyendo algunos de los nombres más representativos del siglo XX, que hoy aparecen en nuestros letreros más conocidos.

El Obispo Almarcha, cuya acción e influencia sobre la arquitectura y la historia de León es loable. Fue hijo predilecto de Orihuela y Adoptivo de León en 1964. Fundó varias cooperativas, entre las que destacan las de las Casas Baratas en el barrio de San José de las Ventas, y las Casas de Pobres. Se le conoció como el Obispo de León. Los demás, según dice el refrán epicórico, eran tan solo obispillos.

El Cardenal Landázuri también fue homenajeado en león alrededor de 1964. Eduardo Guillermo Landázuri Ricketts. De origen peruano, fue arzobispo de Roina y coadjutor de Lima. Fue el Cardenal más joven de la Iglesia Católica y fue la estrella invitada del Congreso Católico de León del año 1964, siendo nombrado de igual manera hijo adoptivo de la ciudad recibiendo la medalla de oro de la Diputación Provincial.

Aún quedan otros muchos nombres que añadir a este callejero. Resaltar por ultimo algunas avenidas que quizás ocupan un segundo plano en el mapa urbanístico de León, como Pintor Vela Zanetti, Periodista Lamparilla, o Alcalde Miguel Castaño, una de las vías más extensas de nuestra ciudad.

Y ustedes, ¿qué otros odónimos querrían resaltar en la actualidad en este callejero leonés?

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