Los peritos afirman que no hubo forcejeo y que la víctima falleció con un disparo a 1,5 metros

La nueva sesión contó con la presencia del acusado que se ausentó sin justificación este martes y que fue localizado por la Policía Nacional en Urgencias del Hospital de León. Éste sufrió un mareo y se cayó al suelo, lo que llevó a su ingreso en el Caule durante el martes.

Durante la vista oral, los peritos han asegurado que no hubo ningún tipo de forcejeo previo a la muerte de Darwy, descartando la versión del autor confeso del disparo, E.C.C.. «La ropa estaba colocada, sin desgarro y sin lesión. No había restos de material genético y nada permite ver que hubo forcejeo», señalaron fuentes de la investigación.

El disparo se realizó a «aproximadamente 1,5 metros» y el proyectil tuvo un «vuelo defectuoso» al alcanzar el blanco -a la víctima- de forma tumbada. «El vuelo no fue como debería y por eso no logró salir de la cavidad cefalica». En ese momento, Darwy se encontraba de pie.

El tipo de arma usado para asesinar al joven fue una pistola semiautomática -arma de fuego corta-. El residuo de la bala se encontró en la mano derecha y mano izquierda de la víctima, así como en el anclaje del cinturón de seguridad del asiento del copiloto del coche con el que las cinco personas -cuatro acusados y víctima- se desplazaron, en concreto en el puesto que ocupó E.C.C., quien hizo el disparo.

El ADN de los cuatro acusados apareció en los escenarios del crimen.