La última condena a un sacerdote en León

«No es pecado, no se lo contaré a nadie»

Todo empezó con unos abrazos y una escucha; después le invitó a sentarse en sus piernas mientras le daba besos. Y todo acabó tumbados en la cama, durmiendo juntos. Cuando empezó el arrepentimiento del inocente, Luis, sacerdote que conoció en Castilla-La Mancha, le invitó a «no sentirse mal con lo que había pasado», algo que a su juicio era «normal entre personas que se quieren». Le quitó la ropa y abusó de él. «Eso no es pecado, no se lo contaré a nadie».

Este es el caso Leandro, pero este solo es el último de la lista de casos de pederastia en la Iglesia que ha hundido sus sucias raíces en la provincia de León.

Antes de él fueron Emiliano Álvarez, Francisco Javier o Agustín Molleda. Caras visibles de las 'pecaminosas' acciones que han cometido algunos religiosos contra niños en lugares como el seminario de La Bañeza y Astorga o el orfanato de San Cayetano.

El propio Emiliano encabeza esta lucha por destapar estas atrocidades y desveló su caso en 2017. En el lado contrario aparecían nombres de sacerdotes siendo los casos más conocidos los de Sánchez Cao o Ramos Gordón, condenados ya por la justicia. También engrosó esta lista recientemente el presunto caso de abusos por parte de un cura jubilado y su hermano hacia un joven con discapacidad en Carrizo, en el año 2018, y del que acabaron absueltos.

El País publicaba una lista de diferentes casos denunciados de abusos en el entorno de la Iglesia en España. En dicho documento, que remitió al Vaticano para su investigación, aparecían 14 posibles agresiones en la provincia. En la misma aparecía el lugar, la época y las iniciales del agresor.

El seminario de La Bañeza tuvo en 'La S. -mote-' a su verdugo, entre 1976 y 1977; en Los Paules de Molinaseca se tuvo conocimiento de una agresión a un peregrino que hacía el Camino de Santiago en 1997 y que perpetró B.G.; en Villares de Órbigo ocurrió en 1980, por parte de F.M..

En la capital leonesa también se han denunciado presuntos casos de abuso sexual por frailes y curas de diversas congregaciones. Es el caso del colegio La Filial Virgen Blanca (por F.P., en 1966); en los años 70, en Jesuitas, por F.V.; entre 1955 y 1965 cinco posibles casos en los Terciarios Capuchinos del orfanato de San Cayetano; otros cuatro en el Colegio Maristas, entre 1970 y 1972 y 1991 y 1992; y en Maristas Champagnat residieron otros tres acusados, de los años 50 a los 80.