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León ultima su nueva ordenanza de terrazas. A la espera de las aportaciones de los grupos políticos, el Ayuntamiento ha presentado este lunes el borrador de un documento que buscará «establecer un orden» en un servicio de hostelería que debe «respetar la normativa de accesibilidad» ... para conseguir una ciudad «más moderna, limpia y para todos». A su vez, debe dar respuesta «a la creciente demanda de utilización del espacio público» ante el aumento del turismo.
Basado en criterios técnicos, el documento se ha elaborado «con consenso» entre hosteleros, vecinos y asociaciones de colectivos con discapacidad. La norma regulará así las terrazas que no tienen anclaje al pavimento, en puntos como su porcentaje de uso, el uso excepcional de la calzada, criterios estéticos, publicidad o uso de calefactores.
La principal novedad que presenta el borrador es la actualización del régimen sancionador, que por primera vez contempla la posibilidad de cerrar temporalmente las terrazas de aquellos establecimientos que incumplan alguna de las normas recogidas de forma reiterada. «En ciertos casos la multa puede compensar y se sigue incumpliendo», explica la concejala de Consumo, Camino Orejas, que señala que con esta actualización se busca «disuadir» del incumplimiento de la norma.
Así, se contemplan multas de hasta 750 euros y/o el cierre temporal de terrazas en infracciones leves; multas de 751 euros a 1.500 y/o cierre temporal de hasta tres meses en graves y, en caso de incumplir de forma muy grave alguna norma, multas que oscilan entre los 1.501 euros y los 3.000 y/o el cierre temporal de la terraza de tres meses y un día hasta la extinción de la autorización para casos reincidentes.
En cuanto a criterios prácticos, la norma recoge que los establecimientos deben garantizar 1,80 metros de espacio peatonal para obtener la licencia. En caso de calles donde no se pueda asegurar este espacio entre las fachadas y las terrazas, se valorará el uso excepcional de la calzada siempre que se certifique «la seguridad y la accesibilidad».
De este modo las terrazas ubicadas en la calzada, que deben ser fácilmente desmontables y no requerir anclaje al pavimento para ser removibles, tendrán que tener una tarima que iguale su altura con la acera y deben estar delimitadas en tres de sus lados para que solo se pueda acceder como peatón.
En la zona centro, que se amplia con esta normativa hasta la zona de Ordoño II y la Inmaculada, se permitirán terrazas adosadas a las fachadas siempre y cuando se trate de vías por las que los peatones puedan circular por el centro de la misma. En esta zona centro será obligatorio que los establecimientos cuenten con servicio de terraza, y en algunas zonas deberán contar con sonómetros para regular el ruido y la contaminación acústica.
Las cerca de mil terrazas con las que cuenta la ciudad se ajustarán a su vez a criterios estéticos por definir con las aportaciones de los grupos pero que deberán seguir una línea de colores crudos, tierra y naturales. A su vez y para mejorar la limpieza, tendrán que contar con recipientes con tapa para evitar ensuciar la vía pública.
Otra de las medidas que queda por definir es la que respecta a las tasas. La concejala recordaba que la actual tasa data de 2011, cuando se redujo a la mitad por la crisis económica y «no se ha vuelto tocar». Avanza así que se actualizará, con precios diferentes para la zona centro y los barrios cuando finalice el estudio económico encargado. Las terrazas de los establecimientos no podrán superar el tamaño del total de los mismos.
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Ana G. Barriada
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