Es un hilo fino, prácticamente imperceptible, pero sirve como método muy antiguo para los robos en viviendas.
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Los cacos se cuelan en portales y colocan una marca de silicona entre la puerta y el marco. En unos días regresarán y si nadie lo ha tocado eso significa que no hay ocupantes en la vivienda. Tienen vía libre para perpetrar su acto delictivo.
Así lo han estado haciendo este verano en León, aunque uno de sus últimos objetivos se ha encontrado con la alerta vecinal. Un inmueble de la calle Comandante Zorita aparecía con todas las puertas marcadas con este pegamento y uno de los propietarios dio aviso a la Policía Nacional.
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Se trata del método de la silicona, todo un «clásico» para los agentes. Con este producto, con pegamento o con un rotulador, e incluso con esperas sin marcar, entran en los bloques y comprueban la ausencia de vecinos a diferentes horas para reventar las cerraduras, normalmente más de una por cada acto, y saquear la vivienda.
Para ello solo necesitan un hilito de pegamento o marcar el timbre. Una técnica «muy antigua y nada novedosa» con la que descubren si el piso está vacío y si la cerradura es factible intentan entrar al interior.
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El último consumado fue el pasado fin de semana, en la calle Ramón y Cajal, con un botín que se redujo a una videoconsola.
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