
Juicio por abuso sexual
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Juicio por abuso sexual
«Me metió los dedos en la vagina y me tocó el clítoris. Me dijo que llegaría al orgasmo»«Me metió los dedos en la vagina como si fuera una penetración. También me frotó el clítoris yestuvo bastante rato haciendo eso y me dijo que si seguía llegaría al orgasmo». Es el testimonio que este lunes se ha podido escuchar en el Audiencia provincial de León de boca de la presunta víctima del médico T.F.C de Toral de los Vados, que se sentaba en el banquillo acusado de un presunto delito de abuso sexual contra una joven que acudió a consulta cuando tenía 18 años.
Los hechos sucedieron en el centro de salud de la localidad berciana, donde la joven acudió el 25 de octubre de 2021 para recoger un volante tras visitar a la matrona en Villafranca del Bierzo al estar ocho meses sin tener la regla. Tras determinar en esta primera consulta la matrona que la paciente debía ser vista por un especialista en el Hospital del Bierzo, llamó por teléfono al médico de cabecera de Toral que debía tramitar el volante al estar la médica tiutular de la joven de baja.
Acompañada por su madre y por su abuela la joven hubo de desplazarse al consultorio de Toral de los Vados para recoger el volante de la interconsulta. Accedió sola al centro, donde entró a la consulta de T.F.C. En este momento la versión de acusado y denunciante es completamente diferente.
Tras un biombo para evitar todo contacto con el acusado, la joven relata que un vez entra en la consulta y le cuenta los síntomas el médico «empezó a reírse de lo que le contaba» y le dijo que su pareja «estaría contenta». Según la víctima, fue el propio médico el que le dijo que se tumbara en la camilla para realizarle una exploración antes de tramitar el volante.
«Me dijo primero que me desabrochara el pantalón y empezó a tocarme por la zona de la pelvis, me hacía preguntas como desde cuándo me depilaba la zona vaginal o si llegaba al orgasmo durante las relaciones», narraba la víctima a preguntas de la fiscalía. «Me sentía muy incómoda», reconocía.
Tras esta primera intervención el doctor, según la versión de la víctima, le pidió que se quitara la ropa interior. «Empezó a frotarme el clítoris», continúa la joven. En ese momento el médico «se acercó a la puerta, que estaba cerrada, y escuché que echó el pasador. Volvió a la camilla, sacó un bote, echó el contenido en los dedos en los que llevaba guantes y me los introdujo en la vagina como si fuera una penetración», sigue, al tiempo que reconoce estar en ese momento «en estado de shock» y ver todo «muy raro».
Al tiempo el facultativo la hizo cambiar de posición para «seguir introduciendo los dedos en la vagina por detrás». En ese momento, el doctor le preguntó «si me gustaba lo que me estaba haciendo» y le dijo que «si seguía haciendo eso llegaría al orgasmo», y ella dijo que no. Los hechos, cuenta la víctima, duraron varios minutos que se le hicieron «eternos». Acto seguido volvieron a la mesa donde el médico le dio el volante en el que no quedó reflejada la exploración.
Al abandonar la consulta la joven regresó al coche donde la esperaban su madre y su abuela, preocupadas por lo largo que estaba siendo el trámite que a priori era únicamente recoger un volante. Fue cuando se derrumbó y verbalizó, ante el desconcierto de la madre, que el doctor le «había metido los dedos y no era normal». La madre salió del coche a pedir explicaciones de lo ocurrido y una enfermera acudió a «tranquilizar» a la joven que en el momento tenía 18 años.
La versión del acusado dista mucho de la presentada por la joven y su madre. Según T.F.C, cuando la presunta víctima accedió a la consulta procedió a realizarle la habitual entrevista para conocer sus síntomas. En el momento en el que se levantó a recoger unos papeles, la joven se tumbó en la camilla «y se desabrochó la camisa y el pantalón». Según la versión del médico, ella le preguntó si la iba a explorar a lo que él dijo que no, que lo harían en la consulta del ginecólogo.
El médico niega cualquier exploración y asegura que siempre que realiza alguna de estas prácticas «hay una enfermera delante». Niega a su vez haber echado en ningún momento el pestillo.
Por estos hechos, el Ministerio Fiscal pide para el facultativo una pena de nueve años de prisión, así como una orden de alejamiento de 500 metros y la indemnización de la víctima con 10.000 euros.
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