La Mesa por León cumple un año entre la esperanza en los fondos y el tren perdido con los presupuestos

Aún resonaba en el Palacio de los Guzmanes el eco de la gran manifestación del 16F. En ella, la provincia reclamó un futuro más allá de la depresión en la que se encuentra sumida. La respuesta fue la Mesa por León, una iniciativa en la que sindicatos, patronal y administraciones se sentaban frente a frente (parece que fue hace una década cuando se podía hacer esto) para tratar de encauzar fondos públicos y privados con los que revertir la situación.

De aquella primera cita surgieron varias claves: crear una agencia (dirigida por alguien de reconocido prestigio no-político) que canalizara los fondos e inversiones, el desarrollo de un Plan para el Desarrollo Económico y Social de la provincia; la constitución de tres foros (municipal, económico y social) en los que todos los leoneses tuvieran voz y la idea de 'vender' la provincia desde un punto de vista optimista y positivo para convencer a inversores.

Este martes, 365 días después, existen varias lecturas de lo que ha pasado en este año tan extraño. La pandemia ha marcado el devenir de la Mesa, aunque se ha podido reunir de nuevo en Ponferrada y en Villablino. Pero, ¿cómo avanza la Mesa por León? ¿Avanza despacio pero firme o está condenada al fracaso?

«Ahora estamos hablando con los ayuntamientos, que son 211, recogiendo sus propuestas. La velocidad es diferente en cada uno, pero queda claro que aquí hay que trabajar de forma conjunta, no se puede hace de otra forma». Quien firma debajo de estas palabras no es otra que Humildad Rodríguez, coordinadora de la Mesa, que si bien se sumó a la iniciativa de forma oficial en Villablino, ha trabajado detrás de los focos tiempo atrás.

«Hemos visto y tenemos que saber que esto no va de un proyecto para Columbrianos por un lado y Cabrillanes por otro, sino que se vayan aunando dentro de las peculiaridades de cada uno. No es cuestión de mi municipio o mi linde y ya. Hay que ir juntos», apuntaba Humildad Rodríguez, que aunque admite que la existencia de críticas es algo normal, destaca que «hemos estado en caída muchas décadas, cavando un pozo hacia abajo treinta años. Ahora intentamos pararlo y picar para arriba, pero no se puede subir doscientos metros de la noche a la mañana».

Confía la coordinadora en que por delante hay que acometer un cambio de mentalidad, algo que no es sencillo. «Es un tema de generación, no de un solo año. La gente tiene que darse cuenta de que, nos guste o no, estamos en un mundo que funciona de otra manera», afirma a leonoticias, al tiempo que entiende que «cambiar esas sinergias no es cuestión de que te den un dinero para Torneros, si te lo dan pero no cambias la forma de pensar, es como al que le regalan una cama y sigue durmiendo en el suelo».

Eduardo Morán, como presidente de la Diputación de León, cuenta con un papel destacado en la Mesa y una opinión proactiva. «La pandemia ha afectado al ritmo de la Mesa por León, pero hay mucho trabajo hecho que se verá en breve», señala a leonoticias. Ahondando en este punto, confía en que «en pocos meses se dé a conocer el documento que supone la hoja de ruta para que lo público y lo privado vaya en paralelo».

Alabando el papel de Humildad Rodríguez, de la que asegura que «no ha dejado de contactar con todos creando una red fuerte de trabajo», Morán destaca que se han puesto los mimbres para poder hablar de novedades pronto. «Hay empresas interesadas en venir y el contacto es constante con ellas para que elijan a León para instalarse, el personal está a full-time para que los mimbres no falten y cuajen los planes», defiende el presidente provincial.

El mensaje constructivo de Humildad lo abanderan también los sindicatos. «Al final hay que apostar por lo constructivo y por ser optimistas, que es lo que necesita la provincia, no una actitud catastrofista de pensar que nada tiene solución», defiende el líder de Comisiones Obreras en León, Xosepe Vega. Habiendo encabezado aquella manifestación del 16-F, Vega asegura que «estamos empezando a andar y hay que darle más rapidez, porque las administraciones se han comprometido a dotar con medios humanos y económicos a la Agencia y pasan los días y esto no se concreta, la provincia no puede esperar más».

Tanto él como Enrique Reguero (UGT) esgrimen que la clave está en la agencia. «Es imprescindible, no es la solución a absolutamente todos los problemas, pero es clave. Ante los fondos europeos y de transición hace falta la agencia par que lo que llegue no se pierda en tonterías o proyectos que no generen empleo, que es lo que ocurrió con los fondos mineros», destaca el secretario provincial de CCOO, en unas palabras apoyadas por Reguero. «Humildad está haciendo un trabajo que no se puede tachar de nada malo. Volvemos a exigir a las administraciones para que apuesten por el futuro de León y por la agencia para dotarla de infraestructura».

Asegurando que «es cierto que todo va muy lento», Enrique Reguero confió en que las inversiones sirvan «para traer proyectos aquí y que no todo sea Madrid o el eje Valladolid-Burgos».

Una de las voces más críticas de la Mesa por León es la de Javier Cepedano.

El presidente de la Federación de Empresarios Leoneses (FELE) reconocé que «empezamos con muchísima ilusión, continuamos con esperanza y al final nos topamos con la desilusión», argumentando que la idea de la Mesa «era cumplir determinados compromisos adquiridos en momentos electorales, intentando traer a León otro tipo de proyectos». Ahora, un año después, Cepedano entiende que «ni pudieron ni quisieron incluir esos proyectos en los presupuestos de las administraciones».

Viendo ahora a la Mesa por León como «algo que se alarga en el tiempo», el presidente de la patronal leonesa lamenta que los representantes políticos de la provincia «no tienen la fuerza suficiente donde tienen que tomarse las decisiones, da igual el partido. Si tuviesen esa fuerza que hay en Aragón, Cataluña o Valencia sería distinto».

Sobre las soluciones, Cepedano recuerda que «fuimos a la calle, sacamos a un montón de gente y fue lo que pasó. Hay un problema de responsabilidad política y de sentido común, antes en la provincia vivían más de 500.000 habitantes y ahora tenemos 35.000 parados. Esa es la realidad».

En aquella cita estuvieron presentes dos administraciones de peso: la Junta de Castilla y León y el Gobierno. Ambas recogieron el guante y también han sido en ocasiones foco de las críticas.

En conversación con leonoticias, el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, quiso remarcar que «estamos en total disposición de alcanzar acuerdos y lograr la colaboración con el resto de administraciones por impulsar el desarrollo y el futuro de León», haciendo hincapié en la importancia de la Mesa por León para cambiar el horizonte.

Por su parte, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, quiso ser optimista con lo que queda por delante, asegurando que «aquí cada uno llega a aportar lo mejor de sí mismo, las administraciones damos a conocer los recursos que hay y el resto de agentes ayudan a captar las mayores inversiones posibles, no solo públicas, sino también haciendo de palanca de las privadas».

Considerando que los fondos europeos y de transición «tienen el objetivo de que la provincia recobre la fuerza que tuvo con el sector energético décadas atrás», Izquierdo mantiene que la agencia «es un elemento dinamizador a través del que aunar voluntades a la hora de buscar inversiones, pero yendo más allá, ofreciendo suelo en buenas condiciones, conectividad digital y a partir de ahí buscar cómo atraer empresas».

Como ocurriera en otras reuniones, Javier Izquierdo puso el acento en la importancia de lanzar un mensaje positivo desde León. «Son temas estratégicos que no se resuelven de la noche a la mañana, pero todo pasa por hacer de esta tierra un punto atractivo que haga que muchos apuesten por ella».

¿Que si ha cambiado la vida en un año? Tanto que ni siquiera en la Mesa por León hay un horizonte claro. Toca seguir viendo cómo esta iniciativa camina por el sendero de construir un futuro diferente o, por el contrario, naufraga en el sueño de los justos.