Tras ocho meses de pandemia y varios plenos de carácter telemático, el Ayuntamiento de León no ha encontrado solución a sus problemas con la técnica.
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Una vez más, el inicio de sesión se ha visto atropellado con la no presencialidad de los concejales, quienes siguen ... las sesiones desde otros lugares para garantizar que se cumplen las normativas de aforo derivados de la situación epidemiológica.
En este mes de noviembre el primer problema llegó con Lourdes González, concejala de Mayores, al no poderse conectar a la plataforma por la que todos los ediles comparecen desde la pantalla que se instaló para tal ocasión en el salón de San Marcelo.
La anécdota hubiera quedado ahí de no ser por los repetidos parones que tuvo que afrontar el pleno debido a reiterados fallos en la técnica.
La imagen de los concejales 'telemáticos' desaparecía durante una intervención de Podemos-Equo; más tarde, muchos dejaban de oír las palabras del alcalde, cuando en realidad este no se encontraba hablando.
Quisieron probar con la innovación los concejales de UPL. Maite Fernández no lograba que su micrófono se oyera en el salón y optó por una alternativa: la edil llamó por teléfono a su compañero Enrique Valdeón para que este pusiera el altavoz en su dispositivos, pero tampoco así fueron capaces de que la leonesista se dejara escuchar. Finalmente tuvo que ser el portavoz, López Sendino, quien replicara su intervención desde la propia sala.
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Y el momento de mayor tensión llegó con el último debate del día. Las imágenes de tres concejales: Fernando Salguero (PP), Gemma Villarroel (Ciudadanos) y Susana Travesí (PSOE) desaparecía de la conexión, ante la imposibilidad de la secretaria de dar fe del voto de los tres.
Fue entonces cuando el portavoz del Partido Popular, Antonio Silván, criticó el sistema: «Si los medios telemáticos de este Ayuntamiento, en el siglo XXI, funcionan como esta mañana, mal vamos», a lo que el alcalde le replicó: «esto sí son herencias recibidas».
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José Antonio Diez, con tono duro, y mostrando su descontento con el funcionamiento de la técnica, afirmó que «si no se ve votar, se señalará como no asistente». Algo que encendió a su antecesor en el cargo: «Casualmente la técnica falla en el momento del debate», poniendo en duda la casualidad del momento, lo que provocó el reproche del regidor: «No le admito esas insinuaciones».
Finalmente, la alternativa tuvo que ser aceptar el 'voto auditivo' para poner fin al debate y a un pleno donde la técnica falló una vez más en pleno siglo XXI.
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