Y de nuevo, los bares. Como ya pasó en marzo, la hostelería vuelve a echar el cierre, pero esta vez en un clima en el que la incertidumbre ha dado paso a la rabia, la impotencia y el desconcierto entre propietarios y consumidores.
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Desde ... este viernes y durante 14 días las terrazas volverán a dejar libre las plazas, aceras y aparcamientos que durante los meses de verano ocuparon para disfrutar del buen tiempo y frenar la expansión del virus. Con estas nuevas medidas impuestas por la Junta de Castilla y León, los aproximadamente 720 locales que cuentan en la capital con licencia de terraza echan el cierre sin saber a ciencia cierta qué deparará el futuro.
Aunque muchos entienden la necesidad de estas medidas que buscan limitar la interacción social, otros critican que «la gran parte de los contagios no tienen relación directa con la hostelería» y se lamentan de la situación económica tan crítica que afrontan los bares, restaurantes y cafeterías.
Para grupos de jóvenes que apuran las últimas horas 'de terraceo' este cierre supone «una limitación al ocio» pero no creen que tenga incidencia directa en su día a día. «Nos cierran los bares pero las reuniones en los pisos van a seguir, y entre todos tenemos que ser conscientes de la situación y limitar los contactos», apuntan.
Más que la limitación del ocio preocupa la situación que las restricciones deja en el sector hostelero, que solo en León cuenta con 8.200 asalariados y 4.400 autónomos y del que dependen de forma directa 12.600 trabajadores.
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