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También era octubre, pero de 1984. A las puertas de San Froilán y con una ciudad y su alfoz listos para su romería, los rumores y las noticias de que se aproximaba a la península un huracán -sí, sí, un huracán se acercaba a León- no paraban de llenar telediarios y se colaban en las conversaciones de los vecinos. Hortensia, como se llamó al huracán que hizo su aparición la noche del 3 al 4 de octubre de hace ya 40 años, queda en el recuerdo de los leoneses como uno de esos fenómenos que se piensa que solo se vivirá una vez en la vida.
Cosas del destino, pocos días después del 40 aniversario de la visita de Hortensia, León amanece con los coletazos en forma de viento huracanado y lluvia de Kirk. Un nombre quizá más 'chic' pero cuyos efectos, con vientos de más de 100 kilómetros por hora, no dejan de alarmar a una provincia en aviso naranja y con todas las alertas activadas para evitar daños.
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Daños como los que se registraron aquel otoño de 1984. Hablaban por entonces los periódicos de tres heridos en la capital, de fallecidos en las costas de Asturias y Galicia, de árboles caídos en fincas, choperas arrasadas, muros derribados y, claro está, decenas de actividades al aire libre canceladas.
Y, por supuesto, la triste joya de la corona de todos los males que dejó el huracán: el derrumbe de la torre de la iglesia del Salvador de Villamañán, que sucumbió cuando los vientos del vendaval derribaron la grúa instalada, precisamente, para acometer arreglos en la estructura. No fue hasta 1990 cuando la Junta de Castilla y León se hizo cargo y, por más de 14 millones de pesetas, acometió el arreglo de la torre, con el Ayuntamiento haciéndose cargo de los gastos de las campanas y del reloj. Hoy todavía nos sorprendemos, como este verano, cuando hasta dos iglesias de distintos pueblos de León han perecido por deficiencias en la estructura. Echando la vista atrás, vemos que es un mal endémico de León.
En Villamañán todavía se recuerda aquel octubre del 84. La campana de la iglesia cayó sobre el tejado y destruyó por completo el coro que, a día de hoy, todavía no se ha recuperado. «Lo reventó la campana y queda hacerlo operativo, pero es mucho dinero», señala el actual alcalde, José Marcos Fernández, que celebra que al menos el resto de la iglesia recuperara su forma.
Como guardián de la historia de Villamañán, quien fuera su alcalde hace años, Segundo Tejedor, recuerda todavía aquel día. Entre las 11.00 y las 11.15 horas del 4 de octubre se produjo el accidente con la grúa que destruyó la torre.
Hasta ocho proyectos diferentes se presentaron hasta que el 17 de julio de 1990 fue inaugurada oficialmente la remodelada iglesia. No es el primer suceso que sufrió el edificio: en 1902 la caída de un rayo provocó un gran incendio. Antes de Hortensia, en julio de 1865, otro huracán destruyó el entorno de la iglesia parroquial, afectando también a parte de la cúpula y el tejado.
Con Kirk haciendo ya de las suyas en la provincia, activados todos los protocolos pertinentes con cierre de parques y jardines, con los bomberos prevenidos ante cualquier incidencia y con las recomendaciones a la población más que claras, León recuerda cuatro décadas después a su Hortensia y cruza los dedos para que Kirk quede solo como un recuerdo.
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