¿Por qué el 'joven de la alcantarilla' no entra en prisión?

«Son delitos leves y no están juzgados, hasta que no haya una sentencia no entra en la cárcel», explica Fernando Santocildes, decano del Colegio de la Abogacía de León ante las preguntas del resto de la sociedad que exigen un «escarmiento» para frenar la situación.

La fecha para juzgar sus más de veinte robos se desconoce, aunque no parece que vaya a ser temprana debido a la lentitud de la justicia y a las huelgas de los diferentes cuerpos de trabajadores de los Juzgados que han, prácticamente, paralizado la Justicia. «No están juzgados, por lo que no hay sentencia para que entre en prisión», manifiesta.

El joven, de 22 años, actúa siempre de la misma manera: rompe la cristalera del local comercial y se lleva lo que haya en su interior. Cuando los agentes lo detienen, pasa a disposición judicial pero debido a la levedad de los delitos acaba regresando a la calle y volviendo a violar la ley, para enfado de los comerciantes.

Santocildes da una esperanza, que un juez de instrucción, al conocer los hechos y el currículum, dictamine la prisión provisional, «es previsible que ocurra así, no lo descarto», admite.

Pero el decano recuerda que los delitos de menos de 400 euros se consideran leves aunque admite que la ruptura de un cristal con una alcantarilla o la sustracción de material, «son delitos más graves». Aunque no siempre es así, tal y como explica el representante de los abogados leoneses, «si es un delito leve pero tiene tres condenas anteriores también por pequeños hurtos, entonces puede ser considerado graves», puntualiza explicando que la reiteración del delito es una de las causas por las que un «pequeño caco» puede acabar en la cárcel.