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Una científica trabaja en uno de los laboratorios de Inbiotec.

Los investigadores de León

Tras entrar en concurso voluntario de acreedores por su elevada deuda, Inbiotec ha saltado al debate social leonés para evitar su cierre y la pérdida de una fuente de conocimiento, pero, ¿A qué se dedican en este instituto de investigación?

N. Brandón

León

Domingo, 4 de julio 2021, 09:15

Retos para la sociedad como el cáncer, la covid o la resistencia a los antibióticos sólo pueden enfrentarse desde la ciencia que, tras la pandemia del coronavirus nadie, o pocos, se atreve a cuestionar su referencia en los momentos de mayor incertidumbre y miedo.

En León, los investigadores que conforman Inbiotec, bien saben lo que cuesta encontrar avances científicos cuyo desarrollo puede llevar años, tiempo y dinero. Sobre todo, inversión. Esa de la que ahora no disponen y que luchan por encontrar para evitar el cierre tras la acumulación de deuda de este centro de investigación.

Tras 18 años en Inbiotec, Antonio Rodríguez, se encuentra inmerso en la actualidad en un importante trabajo de colaboración financiado por Europa: el proyecto Tocapi. De todas las investigaciones presentadas, sólo se elige a un 10%, y gracias a ello, Inbiotec ha recibido medio millón de euros. Una importante inyección de dinero para el instituto con la que se financian sueldos, materiales fungibles, reactivos químicos…

«Los objetivos de este proyecto Tocapi son los de desarrollar factorías microbianas. Los microorganismos, como pueden ser algunas bacterias que habitan en el suelo, son los grandes productores de antibióticos y otros fármacos como inmunosupresores o anticancerígenos». De este modo, cuando se aíslan las bacterias del suelo se modifican para aumentar la producción mediante la biología de sistemas.

Los expertos ya adelantan que la resistencia a antibióticos será el próximo gran reto sanitario al que se enfrenta el ser humano. Con este proyecto Tocapi en el que participa Inbiotec, se pretende encontrar otro grupo de antibióticos importantes para tratar las bacterias que son resistentes a los tratamientos actuales.

«Se calcula que para el año 2050, 10 millones de personas anualmente morirán por bacterias resistentes al antibiótico. Aquí trabajamos por encontrar otro grupo de antibióticos para tratas las que son resistentes a los tratamientos actuales»

Antonio Rodríguez, investigador. 18 años en inbiotec

«Este es un problema de urgencia sanitaria. La ONU calcula que si no se encuentra la solución, para el año 2050, 10 millones de personas anualmente se morirán por estas bacterias resistentes al antibiótico común», explica Antonio Rodríguez, investigador responsable del proyecto.

Antonio, la voz de los trabajadores en la lucha por que Inbiotec no se cierre, llegó a este centro en 2003, y reconoce que para él ya no es sólo trabajo. «Tienes una implicación con lo que es la trayectoria del centro, con los compañeros, entonces si no logramos salvar la situación sería un palo gordo emocional».

Carlos Barreiro, director de Inbiotec.

«El administrador tiene la voluntad de que esto salga adelante»

Carlos Barreiro, director de Inbiotec, se muestra optimista con el futuro del centro, aunque reconoce que lo que hay que hacer es «encontrar el equilibrio adecuado entre lo que te dice el corazón y la hoja de Excel, pero hay esperanzas. Hasta el último momento hay que estar con ello».

La realidad es que a día de hoy Inbiotec está en concurso de acreedores, pendiente de una subvención de la Diputación para pagar las nóminas, y a la espera de las gestiones políticas para poder convertirse en fundación o entrar a formar parte del CSIC. «Como posibilidad es interesante porque hablamos de un centro como es el CSIC e Inbiotec por lo tanto casarlos no es difícil. Además, sería algo que nos permitiría establecer un futuro a largo plazo», explica Barreriro, quien apunta a que esta no es la primera vez que Inbiotec está en una situación comprometida sólo que «en otros momentos se vio que había más posibilidad de entrada de dinero y en este momento se ha visto esa mayor incertidumbre y por eso se ha declarado el concurso».

Tras el concurso de acreedores, el administrador ha tomado las riendas de las cuentas, y buscando soluciones al cierreque de momento parece que se prolonga durante unos meses. «El administrador tiene una mentalidad de conseguir que esto siga adelante, tampoco tienen intención de liquidar y seguir a otra cosa. Pero también tiene que responder a unos plazos que marca el juez».

Al cierre de 2020, la situación del patrimonio neto de Inbiotec alcanzaba la cifra negativa de casi 200.000 euros, y a pesar de que sus ingresos privados habían aumentado del 5% de 2017 a casi el 25% de la actualidad, la falta de liquidez arrastrada ha conducido a esta situación. «Ese es uno de nuestros objetivos, continuar en la línea de aumentar el porcentaje de inversión privada y no depender de la suerte o de la buena combinación de los socios para sustentarnos».

La fecundidad y los antiinflamatorios son otros de los productos farmacéuticos hasta los que llega el trabajo de la biotecnología que desarrollan en el centro situado en El Ejido. Tras 21 años en Inbiotec, Alberto Sola se centra ahora en la aplicación de diferentes compuestos a estos fármacos comunes. «Lo que buscamos es a partir de los fitosteroles, que provienen de un residuo de la industria papelera y del refinado del aceite, convertirlos en un precursor para la industria farmacéutica y producir esteroides. Los esteroides se utilizan para casi todo, principalmente como antiinflamatorios o para problemas de fecundidad o problemas de deficiencias hormonales».

«Si tuviésemos más capacidad, con los resultados obtenidos hasta ahora se abren muchas posibilidades y podríamos desarrollar muchos más productos de uso clínico»

Alberto sola, investigador. 21 años en inbiotec

Unos descubrimientos científicos que Sola cree que podrían explotarse más en caso de que el Instituto tuviese más recursos y capacidad, ya que con los resultados que han obtenido hasta el momento, «se abren muchas posibilidades, porque hemos dado con un compuesto y otros parecidos que se podrían purificar y desarrollar muchos más esteroides de uso clínico».

Entre los pasillos, las plantas y los laboratorios de Inbiotec, existe un trabajo coordinado entre las cabezas pensantes y las ejecutoras. En analítica se encuentra una mujer responsable del área que es quien da seguridad a las investigaciones. «Los métodos que se utilizan en laboratorio tienen que cumplir unos requisitos, como ser rápidos y económicos, pero tienen que ser fiables y repetitivos de tal manera que de seguridad». La principal tecnología más avanzada de Inbiotec se trata de la cromatografía de líquidos y gases, para medir los antibióticos o esteroides que se desarrollan en otros departamentos.

Tras las mismas ventanas en las que se puede leer 'Por la ciencia en León', los investigadores de Inbiotec continúan trabajando por dar respuesta a los problemas del futuro, buscando esa inversión para poder concluir su trabajo callado y desconocido, pero del que no cabe duda de su importancia y necesidad para el beneficio común.

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