Insólito: se echa a dormir en el coche y le encierran en el depósito de León

Decía la madre de Ted Mosby ('Cómo conocía vuestra madre') que nada bueno ocurre a partir de las dos de la mañana. Bruno García, natural de El Bierzo, puede que también piense igual después de la estrambótica situación por la que tuvo que pasar durante la madrugada de este domingo 11 de junio. Este treinteañero acabó encerrado en el Depósito Municipal de Vehículos durante horas después de que su vehículo fuera retirado por la grúa mientras él se encontraba dormido en el asiento de atrás. El conductor, que considera que su encierro responde a una negligencia por parte de la Policía Municipal, anuncia que emprenderá medidas legales contra los agentes que cursaron la denuncia.

Son las 10:15 de la mañana del domingo 11 de junio. Bruno se despierta en la parte de atrás de su Opel Frontera algo cansado y renqueante. No reconoce lo que ve a través de las ventanillas de su coche. Siete horas atrás estaba saliendo de la fiesta 'Un viaje a los 90' que se celebró esta pasada madrugada en la Plaza de Toros de León. «No me encontraba en condiciones para conducir, así que me eché en los asientos de detrás a dormir», explica en declaraciones a leonoticias.

Al abrir los ojos, el berciano de 31 años se encuentra confuso por lo que ve. No está en el paseo de Papalaguinda, junto a la Plaza de Toros, donde aparcó la noche del sábado, sino que se encuentra en lo que parece un aparcamiento de un descampado, solo que vallado. Sale de su coche, sigue las vallas y pronto comprende dónde se encuentra: está en el Depósito Municipal de la Policía Local, se lo han llevado junto a su coche sin tan siquiera despertarlo.

«Al principio me hizo un poco de gracia, pero después me preocupé al darme cuenta de que no podía salir y que estaba encerrado», reconoce Bruno todavía sin saber si decantarse por la estupefacción o por la indignación. «Soy un tío de 1,80 echado a las largas en la parte de atrás de un coche, me tienen que haber visto sí o sí», comenta visiblemente molesto el treinteañero.

Es entonces cuando este vecino de El Bierzo, que trabaja en León, se echa la mano al bolsillo y llama a la Policía Municipal. Él sostiene que en el depósito no había nadie, pero el servicio es 24 horas, siete días a la semana. Una vez llega la patrulla de la Local, los policías, que ya no son los mismos que acompañaron a la grúa en la retirada del coche del afectado, intenta atar cabos y solo encuentran una: «Que no me habrán visto, ¿pero cómo no me van a ver?», comenta con una risa cínica Bruno García.

El calvario del leonés no ha llegado a su fin, ahora le toca pagar: 80 euros de multa y 102 de depósito. Un importe, que según el propio protagonista, se incrementa debido a que es domingo. La primera reacción de Bruno es negarse a abonar la cantidad, pero luego coge finalmente la carta de pago y la multa correspondiente. «Vale, puede que estuviera mal aparcado, pero no se justifica la negligencia de la Policía privándome de mi libertad durante horas», lamenta Bruno García.

Según indica la propia denuncia, el coche fue retirado a las 5:40 horas -dos horas después de que Bruno se echase a dormir-, por lo que el berciano pasó alrededor de cuatro horas en el Depósito Municipal de Vehículos. «Es que imagina que tuviera algún tipo de dolencia médica y hubiera tenido que tomarme una medicación o similar, no se puede encerrar a alguien porque sí, deberían haber comprobado el coche», concluye Bruno.

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