
Día Mundial del Síndrome de Down
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Día Mundial del Síndrome de Down
La inclusión laboral y un futuro soñado: «Quiero tener mi propia casa con mi novia»Este viernes 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down, la historia de Andrés Alonso Pereira, un joven leonés de 23 años, se convierte en un reflejo de cómo la inclusión laboral transforma vidas.
Vive en León junto a sus padres, y forma parte de la Asociación Down-León Amidown, desde donde participa activamente en su programa de empleo con apoyo, un proyecto que facilita su acceso al mundo laboral y fomenta su autonomía.
Actualmente, Andrés realiza sus prácticas en una cafetería de la ciudad, en el Parador de San Marcos, donde lleva a cabo tareas como fregar vasos, limpiar la vajilla y preparar manteles. Su ciclo de formación básica le ha permitido desarrollar su formación laboral que, anteriormente, comenzó en el Centro Cívico ubicado en el Crucero.
Andrés Alonso
«Me gusta todo lo que hago», afirma. Sin embargo, reconoce que no todo ha sido fácil: «Lo que más me cuesta es agacharme para poner los manteles, pero cada vez lo hago mejor».
Andrés también destaca el buen ambiente laboral y la ayuda de sus compañeros. «Son muy amables, simpáticos y graciosos», comenta con una sonrisa.
Gracias al programa de empleo con apoyo de Amidown, Andrés ha dado pasos importantes en su desarrollo personal y profesional. «Estoy más contento y me siento más responsable. Ahora tengo que volver solo a casa y siempre llevar el uniforme limpio», señala. Además de las habilidades laborales, Andrés ha ganado en seguridad y madurez.
Andrés Alonso
Cuando se le pregunta por su futuro, Andrés lo tiene claro: «Quiero seguir trabajando y, algún día, tener mi propia casa y vivir con mi novia». Para él, estas prácticas son un peldaño más para alcanzar la independencia que tanto desea.
Andrés también lanza un mensaje directo a las empresas: «Les diría que se animen a contratarnos. Somos personas muy válidas y capaces, y tenemos muchas ganas de trabajar».
La historia de Andrés es solo una de muchas que se desarrollan gracias a la labor de Amidown, que lleva años facilitando la integración laboral de personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual en León.
El programa de empleo con apoyo de la asociación no solo acompaña a los usuarios en su incorporación al mercado laboral, también media entre las empresas y los trabajadores para asegurar un proceso de adaptación en positivo. A medida que la persona gana autonomía y confianza en el puesto, el acompañamiento se va reduciendo.
Amidown también trabaja en la prospección de empresas, la gestión de convenios, la formación prelaboral y la intermediación para garantizar un entorno laboral adaptado a las necesidades de cada persona. Además, actualmente, el programa de formación prelaboral cuenta con once alumnos matriculados que están realizando prácticas en diferentes empresas de la ciudad, desde el 5 de marzo hasta el 20 de junio.
El 21 de marzo es una jornada de sensibilización internacional que recuerda la importancia de la plena inclusión de las personas con síndrome de Down en todos los ámbitos de la sociedad.
Según datos de la ONU, la incidencia mundial es de entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 nacimientos.
En León, historias como la de Andrés, o la de Mario, demuestran que la inclusión laboral es clave para su desarrollo personal y social. «Estoy muy orgulloso de hacer mi trabajo igual que cualquier otra persona», concluye Andrés. Y si tuviera que resumir su experiencia con una palabra, no duda: «Felicidad».
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La Asociación Down-León Amidown celebró este viernes, 21 de marzo, un acto institucional en el que, bajo el lema 'Tan como tú', se reivindicó «la normalidad de la vida cotidiana» de las personas con Síndrome de Down, «personas que sienten, piensan y actúan al igual que todos».
La presidenta de la Asociación, Mamen Pardo, reconoció que, a pesar de los avances que permiten logros que «hace años serían impensables», la realidad es que «la inclusión todavía no es real» en ámbitos como el empleo o la educación». En materia de empleo, Pardo celebró que la asociación «tiene mucha suerte», ya que de las 81 familias de personas con Síndrome de Down y discapacidad intelectual afín desde los cero años y durante toda su vida a las que atiende, trece personas «trabajan en empresas ordinarias».
En materia educativa, la presidenta de Amidown lamentó que «la inclusión en el colegio tampoco es real», al existir «muchas deficiencias». Así, aunque en las etapas primeras «sí hay una inclusión más real», pero a medida que avanzan «no existe y menos en León», donde «acaban con 18 años y no tienen una Formación Profesional Básica ni nada que puedan realizar».
Por este motivo, desde la asociación se ofrece un FP Básica y servicios administrativos mediante los que se prepara a los usuarios «para que luego puedan acceder al empleo», lo que se lleva a cabo «con medios propios y alguna subvención», aunque «si se tuviera un poco más, se podría hacer más por ellos». Ejemplo de este programa es el caso de Andrés.
Al acto de conmemoración del Día del Síndrome de Down también asistió el alcalde de León, José Antonio Diez, en cuya intervención revindicó cuestiones como «investigación, atención temprana, inclusión educativa, inclusión laboral, más residencias para la tercera edad de las personas con discapacidad o facilidades para el trabajo y el desarrollo de una vida plena».
«El tesón, la lucha, la determinación, la alegría, la sinceridad y el amor que vosotros nos trasladáis cada día es una lección de vida de la que todos debemos aprender», remarcó Diez, quien quiso agradecer a los usuarios de Amidown «todo lo que aportan a la sociedad», al tiempo que les tendió la mano para la mano para «poder seguir creciendo y avanzando». «Los pasos dados son gigantes, pero mientras haya discriminación o dificultades no podremos decir que hemos llegado a la meta», remarcó. Por su parte, el delegado de la Junta en León, Eduardo Diego, pedía sumar al esfuerzo que a diario hacen las instituciones por la inclusión el de la sociedad en general para «promover el respeto, la empatía y la inclusión en cada espacio que habitamos»
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Álvaro Soto | Madrid
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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