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El espíritu de solidaridad es uno de los motores que impulsan a miles de voluntarios a movilizarse cuando las tragedias golpean, pero, como bien señala Lucía Bayón, voluntaria de León, el impulso de ayudar no siempre es suficiente si no se toman en cuenta las medidas de seguridad necesarias. En su experiencia como voluntaria cargando mercancía desde León para enviar a Valencia, Lucía vivió de primera mano el caos y la urgencia que rodean a estas situaciones, pero también subraya la importancia de la organización y del autocuidado para garantizar que la ayuda sea efectiva y, sobre todo, segura.
Lucía describe cómo la convocatoria de voluntarios fue inicialmente un caos. «Cuando empezó a llegar la gente con las cosas, empezó a ser un descontrol», explica. Lo que parecía ser una respuesta solidaria se vio desbordado por la falta de organización, especialmente cuando la demanda de ayuda fue mucho mayor de lo que se había anticipado. «Si hay autoridad, bomberos, policía, hay que escucharles», añade y destaca la necesidad de seguir las instrucciones de los expertos en estas situaciones para evitar que la ayuda se convierta en un obstáculo.
Más allá de las dificultades logísticas, Lucía subraya un punto crítico: la seguridad de los voluntarios. A pesar de la generosidad, «la gente no pensaba cómo iba a ayudar, solo que quería hacerlo». Sin embargo, la falta de planificación puede generar muchos riesgos, tanto para los propios voluntarios como para aquellos a quienes intentan asistir. En su relato, Lucía menciona casos de accidentes menores como cortes con cúteres, que, aunque pequeños, pueden ser peligrosos si se suman a las condiciones insalubres de las zonas de Levante afectadas por la DANA. «El autocuidado es lo más importante», enfatiza, porque «si no estás bien, no puedes ayudar».
La clave para garantizar la seguridad de los voluntarios en estos contextos es la preparación. En Valencia, las autoridades están pidiendo a los voluntarios que se desplacen a la zona que lleguen equipados con guantes, botas de agua, mascarillas y palas, elementos esenciales para prevenir accidentes y protegerse de posibles infecciones, además de aportar materiales para poder realizar los trabajos necesarios. Lucía resalta que: «aunque las ganas de ayudar son muchas, no saber cómo hacerlo correctamente puede hacer que el trabajo no sea eficiente y, en algunos casos, incluso contraproducente». Las autoridades valencianas resaltan también la importancia de la organización y el trabajo en equipo. Si cada persona va por su cuenta, se pierde eficacia y puede acabar en accidente, para garantizar que la ayuda llegue a donde más se necesita es clave que los voluntarios actúen de manera coordinada, preferiblemente en grupos y siempre siguiendo las indicaciones de quienes gestionan las tareas.
Lucía Bayón
voluntaria
En un momento de crisis como el que se está viviendo en Valencia, la solidaridad es vital, pero también lo es la responsabilidad de cuidarse a uno mismo para poder ofrecer un apoyo efectivo a los demás. La ayuda no solo debe ser generosa, sino también informada y organizada, porque solo así se puede garantizar que cada acción sume y no ponga en riesgo a quienes más necesitan esta ayuda.
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