Diego Nicolás Alonso
Jueves, 29 de agosto 2024
En los últimos días, un fenómeno inesperado ha surgido en los pasillos del Mercadona, convirtiendo la rutina diaria de hacer la compra en una nueva y creativa forma de buscar el amor. Lo que comenzó como un simple rumor en las redes sociales, se ha convertido en toda una tendencia que ha cautivado a miles de personas: ligar con una piña boca abajo en el carrito. De 19:00 a 20:00 horas, el supermercado se transforma en un auténtico terreno de citas, donde las miradas furtivas y los choques de carritos conllevan un mensaje claro: «Me interesas».
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La dinámica es sencilla, pero efectiva. Todo comienza con un gesto aparentemente inocente: colocar una piña boca abajo en el carrito de la compra. Este es el primer indicio de que quien la lleva está abierto a conocer a alguien especial. A continuación, los participantes en esta singular forma de cortejo se dirigen al pasillo de vinos, el lugar de encuentro por excelencia. Aquí, entre estanterías llenas de botellas de tinto, blanco y rosado, se despliega un juego de sutiles señales que culmina en un pequeño choque de carritos. Si dos personas con piñas en sus carros se encuentran y una de ellas decide dar el paso, lo hará chocando ligeramente su carro con el del otro. El golpe es la invitación para iniciar una conversación, la chispa que podría encender un nuevo romance.
Lo que ha hecho que esta tendencia se vuelva tan popular es su simplicidad. En un mundo donde las aplicaciones de citas han dominado la escena romántica y donde continúan funcionando las agencias matrimoniales, esta forma de socialización ofrece un retorno a lo básico, donde una acción como ir a hacer la compra puede convertirse en la oportunidad perfecta para conocer a alguien. Además, la piña, elegida como símbolo por su apariencia exótica y llamativa, añade un toque de humor y complicidad a la experiencia. El hecho de tener que ponerla boca abajo en el carrito da una sensación de pertenecer a un club exclusivo, a un grupo de personas que están dispuestas a dejarse llevar por la espontaneidad.
Este fenómeno ha generado una gran expectación, tanto entre los participantes como entre los curiosos que asisten al espectáculo desde la distancia. De lunes a sábado, justo cuando el reloj marca las siete de la tarde, el pasillo de vinos en Mercadona es el lugar para quedar.
Las redes sociales han jugado un papel crucial en la difusión de esta moda. Instagram y TikTok se han llenado de vídeos y memes sobre el fenómeno, con usuarios compartiendo sus experiencias y consejos sobre cómo tener éxito en esta particular forma de ligar. Incluso han surgido algunos influencers que se han convertido en verdaderos expertos en la materia, ofreciendo guías paso a paso sobre cómo actuar en este «mercado» del amor. La clave, según ellos, es la actitud: «hay que ir dispuesto a divertirse, sin tomarse demasiado en serio, pero con la mente abierta a las posibilidades».
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¿Pero realmente se liga en el supermercado? El equipo de Leonoticias se desplazó hasta el Mercadona de Padre Isla para investigar de primera mano la repercusión de esta nueva moda. Tras preguntar a unas 20 personas, se descubrió que alrededor de 14, en su mayoría jóvenes, estaban al tanto de esta peculiar tendencia. La mayoría decían que no habían participado en ella, pero que no descartaban hacerlo y que les «parecía divertido».
Además de la piña boca abajo, que actúa como la señal inicial de interés, esta tendencia ha incorporado otros símbolos en los carritos que añaden un toque de personalización a la experiencia. Por ejemplo, si decides añadir chocolate o chucherías a tu carrito, estás indicando que eres una persona dulce y cariñosa. Por otro lado, si lo que llevas son legumbres, estás enviando el mensaje de que buscas una relación duradera y estable. Pero si optas por pizzas precongeladas o ensaladas, entonces estás diciendo que prefieres algo más libre y ligero, sin demasiadas ataduras. Estos pequeños detalles no solo hacen más divertida la interacción, sino que permiten que los participantes expresen su personalidad de manera sutil y creativa.
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En definitiva, la moda de ligar en Mercadona con una piña boca abajo ha llegado para quedarse, al menos por un tiempo. En un contexto donde cada vez es más difícil conectar de manera auténtica, este nuevo método ofrece un soplo de aire fresco, combinando la rutina diaria con la emoción del 'flirteo'.
Así que ya lo saben: si se encuentran en el supermercado de 19:00 a 20:00 horas, y ven a alguien con una piña boca abajo en el carrito, quizás sea el momento de dejar que sus carros choquen y ver qué pasa. ¡El amor puede estar a solo una piña de distancia!
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