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Alumnas de la Escuela de Arte durante la performance. Sandra Santos

Las hijas de Eva renacen: un grito en contra de la violencia hacia las mujeres en Casa Botines

Las alumnas de la escuela de Arte de León realizaron un homenaje artístico que reivindica a las victimas de violencia machista y simboliza la fortaleza de las mujeres

Lunes, 25 de noviembre 2024, 12:06

El 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la emblemática casa Botines de León se convirtió en un escenario vivo, cargado de simbolismo y resistencia. Alumnas y alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de León protagonizaron una performance que reinterpreta la historia del pecado original desde una nueva perspectiva feminista y transformadora, esta inicitiva surge como propuesta educativa artística dentro de la asignatura de Artes Escénicas.

Con telas verdes representando a la serpiente (sociedad patriarcal) y máscaras negras encarnando la opresión masculina, los estudiantes recrearon el Edén con un mensaje desgarrador pero esperanzador a su vez. Las mujeres, como hijas de Eva, llevaban manzanas con los nombres de las 41 víctimas de violencia machista en España de este año. Cada mordisco simbolizó la pérdida de una vida, una caída que, lejos de significar el final, marcaba un renacer colectivo y aún más poderoso.

«Queríamos representar cómo Eva, históricamente relegada, toma protagonismo junto a sus descendientes para mostrar que las mujeres no son débiles, sino fuertes. Cada manzana es un homenaje a quienes nos han arrebatado, pero también un recordatorio de nuestra unión y capacidad de resistencia», explicó Sofía García Alonso, una de las alumnas participantes.

Momentos de la performance por el 25 N. Hugo García.
Imagen principal - Momentos de la performance por el 25 N.
Imagen secundaria 1 - Momentos de la performance por el 25 N.
Imagen secundaria 2 - Momentos de la performance por el 25 N.

En la obra, las estudiantes construyeron con sus propios cuerpos un árbol, una metáfora de la vida. Los nombres de las víctimas se pronunciaron uno a uno, y con cada pérdida, el árbol caía, reflejando el impacto devastador de la violencia machista. Sin embargo, en un acto final de esperanza, las mujeres se alzaron juntas, formando un nuevo árbol más fuerte, más grande, más unido.

«Es una manera de decir que, aunque quieran derribarnos, siempre renacemos. Somos más que las etiquetas y los prejuicios, somos mujeres valientes y llenas de vida», añadió Sofía.

El proyecto, que cada año adapta su mensaje a la realidad del momento, surgió este curso de una reflexión conjunta sobre el acoso y la violencia. «Queríamos homenajear a las mujeres que sufrieron en el pasado y a las que aún lo viven», declaró María Pueyo, otra de las alumnas.

Con esta performance, la Escuela de Arte demuestra que el arte no solo es un medio de expresión, sino también un arma para la justicia social y el cambio. En el corazón de León, en el histórico edificio de Gaudí, resonó un mensaje contundente: las hijas de Eva no son culpables, ni débiles, son fuertes, están unidas, y su lucha no será en vano. Esta performance, llena de simbolismo, invita a la reflexión y a la acción. Recuerda que cada nombre pronunciado, cada manzana mordida y cada mujer que se levantó es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer, pero también de que la transformación de la historia solo será posible estando unidas.

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