64 casos en lo que va de año: cómo el Hospital de León detecta la violencia de género

En lo que va de año 2024, el servicio de urgencias del Hospital de León ha detectado ya 64 casos de violencia de género, una cifra que son mucho, muchísimo más que números: son vidas de mujeres marcadas por la violencia machista, el miedo, el silencio y, finalmente, la valentía de dar el paso hacia la ayuda. Este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el hospital de León reafirma su compromiso como primera línea de detección y defensa para todas esas mujeres que enfrentan esta realidad.

En palabras de Saúl Escudero Álvarez, jefe del servicio de urgencias del hospital de León, «nuestra labor comienza con escuchar y observar, porque muchas veces las señales no se verbalizan». Pueden ser cosas que pasan normalmente desapercibidas como lesiones repetitivas sin justificación coherente, signos psicológicos como la ansiedad o la tristeza extrema, o incluso motivos aparentemente ajenos, como mareos o insomnio, todo ello puede ser el reflejo de una situación de maltrato y violencia de género. En algunos casos, las víctimas llegan acompañadas por familiares y amigos dispuestas a realizar un parte médico e interponer una denuncia, pero muchas otras llegan incluso con el propio agresor, lo que añade una capa extra de complejidad a la labor del equipo médico.

Aunque la formación es esencial, el personal sanitario enfrenta barreras como la sobrecarga asistencial y el estrés, que dificultan mucho el hecho de llegar a la empatía necesaria para tratar estos casos con la sensibilidad que requieren. «El lenguaje y la comunicación son claves para ganar la confianza de la paciente y facilitar la denuncia», asegura Escudero. A pesar de los desafíos, la mayoría de los casos detectados provienen del relato directo de las víctimas o de familiares y amigos que las acompañan.

El protocolo hospitalario incluye desde la realización de un parte de lesiones hasta la notificación e intervención de servicios sociales y fuerzas de seguridad en casos de alta sospecha o alto riesgo para la víctima.

A pesar de estas dificultades, el hospital de León ha notificado un aumento en los casos detectados en los últimos años, pasando de los 58 casos en 2023 a los 64 en lo que llevamos este año 2024 (hasta el 30 de octubre).

En hospital de León, como en el resto de la comunidad existe una «Guía de Actuación Sanitaria ante la Violencia de Género» accesible para todo el personal del Sacyl, aunque Escudero lamenta la falta de formación continua en los últimos años debido a la falta de recursos, a pesar de que se sigue notificando anualmente al Observatorio Nacional sobre estos casos.

Saúl Escudero lo tiene claro: «Es necesaria más formación, más recursos y espacios más seguros para las víctimas». Además, insiste en la importancia de la coordinación entre el hospital y las fuerzas de seguridad, como la unidad especializada que interviene en situaciones de alto riesgo, y los servicios sociales, encargados de proporcionar desde apoyo psicológico hasta recursos habitacionales para las víctimas.

Los datos de este año son alarmantes, pero también son un signo de que más mujeres están encontrando en el Hospital de León el apoyo suficiente para poder salir de esta espiral de la violencia. «Es un problema creciente, pero también una señal de que la sociedad está empezando a romper tabúes. Las mujeres denuncian más, y eso es crucial para que podamos ayudarlas», destaca Escudero.

En este esfuerzo, el Hospital de León no solo es un lugar de asistencia médica, sino también un refugio para esas mujeres que, muchas veces, se enfrentan a uno de los momento más críticos de su vida.

Detrás de cada número hay una historia: mujeres que llegan al hospital por lesiones compatibles con agresiones, otras que buscan ayuda por síntomas psicológicos como tristeza o estrés, y algunas que, tras años de miedo, finalmente rompen su silencio.

Dentro de estos casos de violencia hacia las mujeres se encuentra otro tema igual de preocupante, los casos de violencia sexual, específicamente los casos por sumisión química, donde los protocolos son aún más específicos y requieren una estrecha colaboración con el Instituto de Medicina Legal.

La realidad, sin embargo, no es fácil. Escudero subraya: «A veces, incluso con todos los protocolos, las mujeres deciden no denunciar, y eso es algo que también debemos respetar. Nuestra labor no es juzgar, sino acompañar y apoyar».

En este 25 de noviembre, el Hospital de León reafirma su compromiso no solo como centro asistencial, sino como un espacio seguro donde las mujeres puedan encontrar la ayuda y atención necesaria para romper el ciclo de la violencia. Porque cada uno de esos 64 casos detectados este año desde el hospital de León representa una oportunidad para que una mujer, acompañada y comprendida, pueda empezar de nuevo.

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